Capítulo 19

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—Ya terminamos mi amor –le dijo Aurelio a Julieta al finalizar su tarea –todo está bien

La operación de Julieta duró dos horas, en ese tiempo, Regina, Manuel, Afranio y Victoria se mantuvieron en la sala de espera, orando a Dios para que todo saliera bien, que le diera sabiduría a Aurelio, a su equipo y que Julieta resistiera la operación y el resultado fuera el que esperaba. Mientras los asistentes vendaban a Julieta, Aurelio salió para dar la noticia a sus suegros, en cuanto lo vieron, corrieron a él.

—Aurelio, no me ocultes nada, ¿cómo está Julieta? -

—No se preocupe doña Regina, todo salió bien, Julieta resistió bien la operación, la están preparando para llevarla a recuperación

—Gracias Dios y gracias a ti Aurelio –dijo Regina abrazando a su yerno

—¿Cuándo podemos verla? –preguntó Manuel

—Bueno, debemos esperar a que despierte de la anestesia y después la llevaremos a su cuarto, entonces podrán verla, yo les avisaré

—De acuerdo

—Estamos orgullosos de ti mi amor –dijo Victoria acercándose –siempre estuve segura de que te convertirías en un estupendo médico, la prueba es esta operación

—Gracias mamá, pero el mérito no es solo mío, también de ustedes que siempre me apoyaron en mi sueño de convertirme en médico

—No tienes nada que agradecer hijo

Aurelio declaró que debía ir a ver cómo estaba Julieta, pues podría despertar un poco aturdida y asustada y sería mejor que no estuviera sola, cuando se fue, los cuatro amigos se abrazaron felices y anticipaban que de ahora en adelante solo vendrían alegrías entre ellas una futura boda.

Aurelio fue al área donde estaba Julieta y se quedó con ella hasta que despertó

—¿Hay alguien aquí? ¿Dónde estoy?

—Hola mi amor –dijo acercándose y tomándole la mano -¿cómo te sientes?

—Aturdida, mareada así como cuando desperté del coma

—Pero esta vez es diferente te lo prometo

—¿Por qué estoy vendada?

—Bueno por que acaban de operarte y tus ojos deben sanar, solo entonces te quitaremos las vendas, quizás en dos o tres días

—¿Y cómo salió la operación? –preguntó Julieta

—Muy bien mi amor, fue un éxito, ya se los dije a sus papás y quedaron muy contentos

—¿Dónde están?

—Con mis papás, no pueden entrar a esta área, cuando te llevemos al cuarto podrán entrar

—¿Y cuándo me llevarán?

—En cuanto vomites la anestesia, que al parecer ya quiere salir –dijo al ver que Julieta llevaba su mano a la boca, Aurelio le acercó un recipiente para que pudiera vomitar

—Sabe horrible, ácido –dijo Julieta asqueada

—Sí, eso me han dicho, nunca me han operado, pero he escuchado a los pacientes

—Pues deberían inventar un sabor, tú por ejemplo

—Más adelante quizás, ahora enfócate en tu recuperación, ¿sí?

—Te pediría un beso si no hubiera vomitado antes

—A mí no me importa

—No por favor –dijo apartándose –te dejará un mal sabor de boca

—De acuerdo, habrá tiempo para otros besos más dulces, pero al menos te daré este –dijo besándola en la mejilla

Dos días después

Después de tanta incertidumbre y dolor, dos días después Regina y Manuel estaban en la habitación de Julieta para quitarle las vendas, aunque todo salió bien con la operación estaban nerviosos pues hasta que Aurelio se las retirara sabrían si recuperó la vista o no

—Pensé que la operación me aterraba pero me equivoqué, esto es peor

—Calma mi amor, volverás a ver –la tranquilizó Manuel –y todo será como antes

—No todo papá, he aprendido a ver la vida de otra forma, la belleza interior vale más que la exterior –le contestó Julieta, deseaba ver para conocer el rostro de Aurelio aunque estaba segura de que era muy guapo

—Aurelio está tardando mucho, ¿no creen? –opinó Regina

—Aún es temprano para que venga, llegará en cualquier momento

—Buenos días –como si hubiera sido invocado, Aurelio apareció, acompañado por una enfermera quien lo ayudaría en el procedimiento

—Buenos días –contestaron Manuel y Regina

—Buen día mi amor –le dio un beso a Julieta -¿lista para ver a tu hombre?

—Sí, pero con un poco de nervios porque no sé si volveré a ver mi amor –dijo mientras pasaba su mano por el rostro de Aurelio

—No te preocupes, como te comenté, la operación fue un éxito y ahora evaluaremos el resultado –Aurelio se colocó junto a Julieta y comenzó a quitarle las vendas, colocándolas en una bandeja que era sujetada por la enfermera, luego le quitó los parches y le dijo a su novia -Ahora vas a abrir los ojos lentamente y me vas a decir si ves o no

—De acuerdo

Julieta abrió los ojos ante la mirada de sus padres y Aurelio, cuando los tuvo abiertos, su novio le preguntó:

—¿Puedes ver Julieta?

Julieta volvió a cerrar los ojos, suspiró y volvió a abrirlos y dirigió su mirada al rostro de Aurelio, en ese momento tuvo un flashback dónde estaba ella de cinco años con un vestido rosa, en un jardín al lado de un niño de cinco años, con ojos azules, muy guapo, entregándole una pelota blanca con cuadros azules y rojos, sin duda se trataba de Aurelio, un nuevo sentimiento afloró en ella y aumentó su amor por él.

—Eres más guapo de lo que pensaba

Aurelio sonrió también y la abrazó fuerte al saber que había logrado su cometido: devolverle la vista a su amada Manuel y Regina lloraron de alivio al saber que la operación salió bien y que su amada hija ya no estaba entre sombras, fueron a abrazarla fuerte, agradeciendo a Dios.

—Ay mi amor qué felicidad, gracias a Dios recuperaste la vista –celebró Aurelio

—Yo también agradezco por poder ver al hombre tan guapo que tengo por novio

—¿Y qué te parezco? –preguntó coquetamente

—Muy guapo, tus ojos son tan azules y tu sonrisa es tan luminosa, por eso me enamoré de ti antes, acabo de recordar cuando me diste la pelota

—¿En serio?

—Sí, no sé cómo pude estar sin ti todos estos años

—Yo tampoco, ahora todo estará bien y comenzaremos una nueva vida –dijo besándola

Manuel y Regina observaban la escena, conmovidos y conscientes, por una conversación que tuvieron con Aurelio al día siguiente de la operación que muy pronto su hija ya no viviría con ellos y comenzaría a formar su propia familia.

Ojos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora