Capítulo 15

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Aurelio viajó a Sao Paulo para reunirse con los doctores para coordinar los detalles de la operación de Julieta, gracias a Dios después de un análisis exhaustivo los doctores encontraron una fecha cercana para intervenirla y Aurelio estaba muy contento y ansioso para contarle, en cuanto pudo regresó al valle y fue directo a la mansión Sampaio, no sin antes comprarle un regalo a Julieta.

Cuando llegó, entró pues la puerta estaba abierta y escuchó una hermosa melodía de piano proveniente del estudio, se acercó y para su sorpresa vio a Julieta sentada frente al piano, a ojos cerrados, concentrada, tocando las teclas como una profesional, con lentitud, entró al estudio y se sentó frente a ella, fascinado por verla tocar pues desconocía ese talento, después de la última nota aplaudió feliz, asustando a la pianista.

—¿Quién está ahí?

—Soy yo Aurelio

—Aurelio –dijo sonriendo -¿desde hace cuánto estás ahí?

—Lo suficiente para ver tu talento, Julieta no sabía que tocabas, tenías muy bien guardado el secreto

—No era un secreto, solo no lo mencioné

—Pues debiste, tienes un don y necesitas compartirlo con el mundo

—Eso me dijo mi papá cuando comencé

—Deberías hacerle caso

—¿A ti te gusta el piano?

—Sí, no lo toco pero me agrada escucharlo, mi hermana es la pianista de la familia

—¿Toca bien?

—Es excelente, toca desde muy pequeña, su sueño es ser como la Reina del Piano

—¿En serio?

—Sabe todo su repertorio y desea conocerla

—¿Ha ido a un concierto suyo?

—No, estuvo estudiando toda su vida y cuando iba a tener oportunidad pues daría un concierto en Londres, se dio vacaciones y canceló el recital indefinidamente

—¿Qué crees que sucedió con ella?

—No lo sé, sus razones tiene para retirarse

—No creo que se haya retirado, quizás le sucedió algo grave y desea ocultarlo

Julieta no sabía que pensar, Aurelio actuaba como si en verdad ignorara que ella era la Reina del Piano, su hermana debía tener alguna foto suya, y su madre debió mencionarlo, ¿cómo era posible?

—Ah, de la conmoción por descubrir tu talento se me olvidó el motivo de mi visita –dijo levantándose con el ramo de rosas que había comprado para Julieta –¿tus padres están en casa?

—No, fueron a la hacienda de tus papás, ¿por qué?

—Es que tengo una excelente noticia, pero antes toma, alguien me dijo que te gustan las rosas rojas –dijo poniéndolas en sus manos –le corté los espinos para que no te puncen

—Aurelio muchas gracias –dijo aspirando el olor de las rosas –deben estar muy hermosas, ojalá pudiera verlas

—Pues en dos meses lo harás

—¿Qué?

—Esa es la noticia, ya tengo la fecha para tu operación, será en dos meses en Sao Paulo, ya está todo arreglado

—¿De verdad? –dijo Julieta abrazándolo emocionada –al fin, gracias Aurelio, gracias de verdad

—Dámelas cuando me veas con esos ojos tan hermosos

Ojos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora