- ¡Grace! - Gritaba por encima del ruido de la música, buscando a la niña loca de las pinturas entre una marea de gente a medio vestir. Estaba lleno de enojo pero sobre todo de frustración. ¿Cómo es que esa muchacha se le ha ocurrido la magnífica idea de meterse aquí? - ¡Grace!
Esquivaba a las personas a mi alrededor con desesperación, mirando hacia todas las direcciones posibles pero lo único que visualizaba era a hombres y mujeres con escasa ropa seduciéndose entre sí mismos. Por lo menos agradezco que no estén desnudos completamente, porque al escuchar la temática del color naranja hace rato estaba a punto de entrar en un colapso mental. De cualquier modo, ¿¡Dónde demonios se metió esa mujer!?
- ¡McCartney! - Gritaba con las manos alrededor de mi boca.
Logré escabullirme entre la multitud empujando a unos cuantos bailarines sudorosos hasta llegar a la barra, pero ella tampoco estaba allí. Me debo ver como un ridículo perro faldero siguiendo su rastro, tiene un don natural para sacarme de mis cabales.
Un suspiro de cansancio brotó de mí garganta mientras me sentaba en un banco para apoyar mis brazos sobre el mesón apartando los tragos que estaban cerca.
- ¡Oye, guapo! ¿Quieres bailar conmigo? - Pregunta una mujer a mi lado, a quien ni siquiera me tomo la molestia de ver.
- Ve a joderle la existencia a alguien más - Le espeto desinteresado en cualquier cosa que pueda decirme.
- ¿Por qué esa cara de amargado? - Vuelve a preguntar la muchacha tocándome el hombro para llamar mi atención - Ven conmigo y verás que te sentirás mejor.
- ¿Sabes algo, mujer? - Me di la vuelta en el banco para encararla y rechazar sus fastidiosas ofertas - Te puedes ir al...
Estaba a punto de rechazar las insinuaciones patéticas de esa chica de forma despectiva cuando cerré mi boca sin poder articular palabra al visualizar sobre el hombro de dicha mujer la silueta de Grace danzando alocadamente sobre una mesa mientras sujetaba en alto un vaso rojo. Negué con la cabeza al ver ese desastre ambulante y como efecto inmediato caminé hacia ella a zancadas.
- Oye, ¿A dónde vas, guapo? - Se queja la muchacha que dejé atrás.
¿A dónde más? A buscar a Grace, parece que solamente vivo para correr tras de ella como un idiota.
De esta manera, empujo a cualquier persona que se atraviese en mi camino hasta llegar a la ebria lunática que se está riendo sola quitando la palmerita que sobresale de su vaso. Al reducir la distancia puedo notar que ella está usando un sombrero marrón mexicano, sin mencionar que se está tambaleando de un lado a otro.
- ¿Cuántas margaritas te has tomado? - Le grito por encima del ruido, observándola con los brazos cruzados sobre mi pecho.
A Grace le cuesta 3 segundos reconocerme, para luego bajarse de la mesa torpemente y saltar sobre mí.
- ¡Dylan! - Chilla ella intentando abrazarme, pero el gesto no es correspondido - ¡Me encontraste!
Definitivamente está borracha. ¿De cuándo acá tanta emoción por verme? Es decir, entiendo que mi presencia es sinónimo de júbilo pero ella casi nunca lo demuestra.
- ¿Por qué te encanta sacarme de mis cabales, McCartney? - Le reprocho mientras ella me mira con cara de cachorro regañado - Me distraje un minuto y te escapaste de la reunión del jodido crítico sin avisarme nada. Dime cuál fue el motivo para que entraras a este lugar.
Sin embargo, en vez de una respuesta lógica, Grace se ríe como si le acabara de contar el mejor chiste de su vida, luego de eso tengo que sujetarla para evitar que pierda el equilibrio.
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Nunca Te Recuerdo, Porque Nunca Te olvido [TERMINADA ✔]
RomanceUna misteriosa chica atormenta a Dylan Archer cada noche en sus sueños. No recuerda su nombre, ni quién es, pero está seguro de una cosa: ella es real. Y la última vez que la vio fue en el accidente, en el cual casi pierde la vida. Por ende, se emb...