Nunca Te Recuerdo, Porque Nunca Te olvido [TERMINADA ✔]

Capítulo 39: Concédeme un Tal Vez

Era lunes.

El fin de semana se había ido volando y mi rutina apenas comenzaba.

Tal y como Murray prometió; consiguió que la corte aprobara la orden de alejamiento, por ende, Cornelius Brighton no podía acercarse a nosotros. Sin embargo, su sobrino Cedric seguía trabajando en la misma cafetería que Grace y ese era un detalle que mantenía mis alarmas activadas. Por otro lado, incrementé la seguridad en mi departamento; contraté centinelas que custodian el edificio e hice lo mismo en las residencias de; Nick, Dallas, Stella y Murray. Tampoco quería que Valerie me tomara desprevenido.

Aunado a este desastre estaban las mentiras de mis padres adoptivos. Luego de quitarme el dolor de cabeza que me ocasionó Brighton, lo primero que hice fue encararlos, devolverles sus cosas y poner los puntos sobre la mesa. Sí, quizás estuvieron desesperados en su momento pero esa excusa sigue siendo insuficiente para que logre justificar sus acciones, por ello decidí alejarme de ellos, sería mentira decir que no me afecta pero era lo correcto.

También hablé con mi abogado para modificar mi nombre; conservaré el apellido "Archer" como agradecimiento por las buenas acciones de Phillips y Meredith, sin embargo, volveré a mi vieja identidad para llevar con orgullo el legado de mis verdaderos padres.

De esta forma mi mente sanará así como la herida de mi brazo, al igual que mi malestar corporal... no obstante, la impotencia que acarreaba el escape de Marcus Lumbridge seguía latente en mi pecho. Tampoco terminaba de perdonar a Grace por haberme mentido, si no fuera tan terca e irresponsable yo mismo me habría encargado de que le dieran cadena perpetua a ese infeliz, pero tuvo que jugar a ser la heroína valiente que resuelve los problemas por sí sola.

Ahora tenía a dos posibles psicópatas allí afuera ansiosos por ser quienes reclamen mi último aliento.

- ¡Acerté! – Gritó Nick entusiasmado golpeando la mesa con euforia antes de tomar otro dardo. Apunta ligeramente preparándose para el movimiento y con aquel lanzamiento vuelve a acertar en el centro del círculo. Repite la misma acción y es así como acribilla las fotos de Valerie, Marcus y Cornelius estampadas en la pared – ¡Triple acierto! ¡Oh, joder! Es una señal del destino: Esos tres desgraciados tienen que desaparecer de nuestras vidas.

- Si tan sólo pudiéramos encerrarlos a los tres en una celda hasta que se pudran –Dallas menea la cabeza como si fantaseara con la idea – Después de todo tienen algo en común: nos odian y están sueltos.

- Relájense – Respondí desde mi escritorio al sentir la tensión del ambiente – Tengo todo bajo control.

- Así dijiste la vez pasada – Me recuerda Dallas – Y terminamos casi con una bala en el pecho cada uno.

- Estás siendo muy exigente con él, Dallas – Contraataca Nick – Él nos está brindando seguridad, ya es nuestra responsabilidad aceptarla o no. Además, si el malnacido que trató de secuestrar a Esmeralda es uno de los secuaces de Valerie yo mismo me encargaré de estrangular a esa bruja – Agrega Nick.

- Por lo menos esta vez sí nos preparamos para sus posibles ataques o berrinches – Vuelco los ojos.

- ¿A cambio de que, Archer? - Me reclama Coller – Mira a tú alrededor: ¿Qué ves? ¿Te parece ésta la casa normal de un hombre de familia? – Le hace un ademan a la pantalla donde se ven las cámaras de seguridad, luego desliza la cortina de la ventana para señalar a los guardias – Nuestras casas parecen un centro de milicia, no hogares. Y si tan sólo nos échanos un vistazo: ¿Lucimos como 3 jóvenes normales? – Él levanta las cejas al no obtener respuesta – Exacto, a eso me refiero, somos un trío de paranoicos. ¿Crees que así era como solíamos pasar un lunes por la tarde? ¿Lanzándole dardos a las fotos de nuestros enemigos?