POV MARTINA.
Megan me convenció para salir el sábado. La verdad es que tampoco opuse demasiada resistencia. La idea de quedarme todo el día en casa pensando en lo que estaría haciendo Lourdes me resultaba tremendamente deprimente. Así que puede decirse que me dejé persuadir.
Para intentar consolar mi maltrecha autoestima, decidí arreglarme un poco más de la cuenta. Tenía un conjunto bastante espectacular que todavía no había tenido ocasión de estrenar. Era un traje de chaqueta, de color morado. Completé el conjunto con una blusa negra, lencera. Me dejé el pelo suelto, con ese aire despeinado que me daba bastante seguridad, y los labios oscuros. Me parecía que el conjunto cumplía su función, me hacía sentir bien.
Y allí estábamos Megan, Ariana, Lara y yo. Megan las había convencido para probar el bar tan increíble del que no paraba de hablar. Y la verdad es que el sitio no estaba nada mal. La decoración era vintage, pero sin llegar a ser demasiado recargada. Una barra de dimensiones espectaculares ocupaba un lado del local, y el otro estaba lleno de mesas repartidas de forma poco uniforme. La música sonaba de fondo, no demasiado fuerte. Ello lograba crear un ambiente relajado, pero alegre. Nosotras estábamos sentadas en una de las mesas, esperando a que llegase la amiga que Megan estaba empeñada en presentarme. Yo me había rendido y estaba preparada para conocerla. Sólo conocerla, porque no tenía que pasar nada más. Así por lo menos me quitaría de encima a la pesada de mi amiga.
- ¿En serio todavía no conoces a tus suegros?- Megan miraba a Ariana con la boca abierta. Esta llevaba algo más de 9 meses con su novio, y aún no le había presentado a sus padres.
- Ya te he dicho que no. Paco lo ha intentando varias veces, pero joder, a mi me parece un paso demasiado serio. Creo que de mañana ya si que no me libro.- Por lo visto mañana iban a cenar todos juntos, su familia y la de su novio.
- Deberías pensar el por qué te pone tan nerviosa conocerles. A lo mejor no estás segura de...- Lara intentó razonar la actitud de Ariana, pero esta le interrumpió.
- Estoy segura de que le quiero, y quiero estar con él. De eso no hay duda. Es sólo que... no sé... la palabra suegros me da escalofríos.-
La conversación me hizo pensar en la única vez que yo conocí a mis suegros. Los padres de Santi eran encantadores, y seguía teniendo una buena relación con ellos, a pesar de que su hijo y yo lo dejamos hace casi dos años. Pensar en él me hizo sonreír con nostalgia. Éramos demasiado jóvenes, y casi todo nos daba igual. Me di cuenta de que hacía mucho que no hablábamos, y me apunté mentalmente que tenía que llamarle. Seguíamos teniéndonos mucho cariño, a pesar de que la cosa no funcionase.
- Martina, ¿tú de que te ríes? ¿Estás pensando también en cuándo vas a conocer a tus suegros o que?- Megan me miraba, escondida ahora tras su botellín de cerveza, que no tapaba la sonrisa de medio lado que me dedicaba. Ya empezábamos con las burlas.
- Me imagino que te refieres a los padres de Lourdes, ¿no?- El que Lara dijese aquella frase me hizo abrir los ojos con fuerza. Megan, sentada a mi lado, escupió el trago de cerveza que acababa de dar. Yo miré a Lara, y después clavé mi mirada en Megan, tratando de fulminarla con ella. Estaba segura de que aquella traidora se había chivado de mi pequeña obsesión con la castaña. Bueno, quien dice pequeña dice...
- Eh, Eh, relájate que nadie me ha contado nada. Lo único que pasa es que tengo ojos en la cara, ¿sabes? Y últimamente pasáis bastante tiempo juntas. Antes casi ni os mirabais, y hace un par de semanas que os paseáis muy juntitas por la oficina. - Lara me miraba con una sonrisa pícara. Ariana también lo hacía, con una expresión similar.
Mierda Martina, ¿por qué eres tan obvia?
La verdad era que Lourdes y yo pasábamos bastante tiempo juntas últimamente. Desde que almorzamos aquel día, pasábamos la mayor parte de la jornada laboral o en su despacho o en el mío. Ese era el motivo por el cual ahora, cuando daban las siete de la tarde, a mi me parecía que el día dejaba de brillar. Me iba a mi casa deseando que fuese el día siguiente para poder volver a verla. No habíamos vuelto a vernos fuera de la oficina, así que era el único lugar en el que podía tenerla, aunque no fuese de la manera que yo quería.
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Tu olor // Martuli
FanfictionLourdes González se empeña en ignorarme, en no dejarme entrar en su vida. Pero yo, que me la quiero comer a besos, sabía que nuestros caminos tenían que cruzarse. Y lo hicieron. ____ ADAPTACIÓN MARTULI • Todos los derechos a la autora original.