POV LOURDES.
Cuando la ve por primera vez. Septiembre 2018.
Dejo que la colilla se escurra entre mis dedos y caiga sobre la acera mientras llego hasta la puerta. Ni siquiera me preocupo por pisarla, simplemente la dejo caer. Entro en el edificio en el que llevo trabajando ya algunos meses e inmediatamente noto el frescor que proporciona el aire acondicionado. A pesar de que noto como la piel comienza a perder aquel ardor asfixiante, tampoco lo agradezco en exceso. No me importa demasiado pasar calor. Ni pasar frío.
No suele importarme casi nada desde hace mucho tiempo.
Acelero mis pasos ligeramente cuando veo que el ascensor está a punto de cerrarse, y consigo llegar a tiempo gracias a un hombre que interpone su mano entre las puertas para evitar que estas me dejen fuera. Le dedico una sonrisa amable, y me coloco al final del cubículo, entre la gente que lo ocupa.
Y no sé qué es exactamente lo que hace que mis ojos la encuentren entre estas once o doce personas que comparten el espacio conmigo. Pero lo hago. La veo en la esquina opuesta, mirando al frente, casi como si estuviese evitando mirar al resto de personas que la acompañamos.
Pero yo sí que la miro. No sé bien por qué no puedo parar de hacerlo.
Recorro el perfil de la chica que no conozco, y que no había visto en mi vida. Sé que si me la hubiese cruzado lo recordaría. Sus rasgos me parecen tan armónicos que mi mente comienza a dibujarla de manera automática. Me encantaría poder pintarla. Noto que las palmas de las manos comienzan a hormiguearme por la necesidad de dibujarla de manera inmediata. Y me sorprende la intensidad de lo que estoy sintiendo, porque hace mucho que no siento nada. Y hace mucho que no dibujo.
El ascensor pita, y se detiene con suavidad. Observo como el ruido le hace salir de la abstracción en la que se encuentra, y parpadea en repetidas ocasiones, como buscando concentrarse. Mira de reojo a las personas que abandonan al ascensor y se lleva la mano derecha al septum que decora la nariz más perfecta que he visto en mi vida. Me doy cuenta de que se trata de un tic nervioso. De que la chica está nerviosa. Sacude la cabeza de manera casi imperceptible, y el flequillo le baila descuidado sobre las cejas. Cuando me doy cuenta de que estoy sonriendo frunzo el ceño, tratando de entenderme.
Me permito bajar la mirada por su cuerpo. Lleva una camiseta negra de tirantes, que se ciñe a su torso con descaro, y unos pantalones vaqueros estrechos por las caderas, que se ensanchan a medida que avanzan sobre sus piernas y se detienen bastante por encima de sus tobillos. Los tenis blancos y los calcetines del mismo color que deja ver me hacen llevarme los dedos al mentón. Pienso que para ser una moderna el conjunto le queda bastante elegante. Analizo su postura, y me doy cuenta de que puede vestir cualquier estilo con esa sensualidad que desprende.
El ascensor que sigue su camino vuelve a detenerse con otro pitido, que esta vez hace que deje caer el brazo que aún acariciaba su pendiente. Es evidente que se obliga a si misma a dejar de hacerlo, y dejo escapar una risa suave. El hombre de mi derecha me mira con curiosidad, y yo lo miro también. Dejo de sonreír al instante.
Pero vuelvo a clavar mis ojos en ella. El pelo que lleva hacia un lado me deja ver la piel de su cuello. Y a esta distancia me parece que su sedosidad sería capaz de competir con la más cara de las telas. Me pregunto qué sentirían las yemas de mis dedos si pudiesen recorrerla. Y me pregunto cuál será su nombre. Y qué sentirían mis labios si pudiesen dejar que este se colara entre ellos en un susurro.
Un nuevo pitido me obliga a salir de mis pensamientos, y esta vez la chica se mueve con intenciones claras de abandonar el ascensor. Miro y me doy cuenta de que he llegado a mi planta. La 21. Y ella comienza a andar para salir del ascensor. Y yo detrás de sus piernas.

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Tu olor // Martuli
FanficLourdes González se empeña en ignorarme, en no dejarme entrar en su vida. Pero yo, que me la quiero comer a besos, sabía que nuestros caminos tenían que cruzarse. Y lo hicieron. ____ ADAPTACIÓN MARTULI • Todos los derechos a la autora original.