Cap 5 | Modo limpieza: ON

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- Mar-Mar...

- Anna-banana

- ¿Porqué "Anna-banana"?

- ¡Es que te soñé bailando en traje de banana! ¡Los sueños dicen cosas!

Un argumento raro y divertido, soñar a alguien bailando en traje de banana no es la gran cosa si es que has soñado más cosas raras como elfos desnudos haciendo una invocación.

- Trataré de olvidar de dónde proviene el apodo, y solo me quedaré con el "Anna-banana".

Marcy sonrió nerviosa, con un pequeño tono rojizo en sus mejillas.

Entonces Anne volvió a recordar una escena que la dejó con más y más preguntas.

Había pasado tres días desde que Marcy no soportó más el dolor es su cabeza, que terminó por derrumbarse en las manos de la morena.

Savisa entró en pánico al verla en ese estado. Fue corriendo a casa importándole poco que hiciera sonoros pasos en la biblioteca, mientras escondía entre sus brazos a la azabache, como si fuera un bebé.

Sasha que la esperaba en la salida con la vista en el celular, sintió un viento pasar por su costado moviendo ligeramente sus cabellos dorados. Cuando alzó la vista vió alejarse a su amiga, corriendo como un hamster asustado.

"¿Y ésta que tiene?" Ni enterada ella de la existencia de la pequeña.

Desde ese día, Savisa, dejaba a la azabache en su cuarto. Colocaba un pequeño plato de comida en su mesa de estudio, por si Marcy tuviera hambre. Le preguntó constantemente "¿Porqué te desmayaste? ¿Qué pasó para que te doliera la cabeza?".

"No sé" Acariciando a Dominó o leyendo algún libro de su cuarto, un "No sé", siempre era su respuesta. Cuando pareció haber recordado algo, para Marcy, parecía recordar cada vez más nada.

Anne dejó de insistir tanto y se dedicó a pasar tiempo con la pequeña.

- ¡Piensa rápido!

Una bolita de chocolate fue lanzado a la cara de la morena y ella por su viaje a Plutón, recibió el chocolate en su frente rebotando por la mesa hasta caer al piso.

Hizo un quejido y se tomó la frente con una mano mirando lo que había caído al suelo.

- Pobre bolita de chocolate, lo desprecian.

Y Marcy empezó a comer las bolitas sobrantes del envoltorio que se encontraban encima del escritorio.

- Oye Mar-Mar...

- ¿Si Anna-banana?

Anne que aún no se acostumbraba al apodo por completo, continuó.

- Ahora que lo pienso... -posó su mano en su barbilla como si estaría pensativa por unos dos segundos- ¡No te bañaste en casi una semana desde que llegaste!

Marcy abrió los ojos, más grandes que los del lémur enano de Madagascar. Y se avergonzó no sabiendo que decir.

- E-es que... Es que... Eh...

Pequeños problemas || Marcanne Donde viven las historias. Descúbrelo ahora