Cap 12 | Gotas de agua

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El abrazo aumentó de intensidad, con Anne riendo al oído de su pequeña.

- Yo...

La de cabello azabache, agarró de hombros a la tailandesa y la alejó de ella. Sus ojos la recorrieron de arriba a abajo, comiéndola solo con la mirada. Notó que ahora estaba un poquito más arriba de la morena. De inmediato colocó sus manos en las mejillas de ella, comparando el tamaño con lo que recordaba. Antes a penas podía rodear su nariz con sus manitas.

- Qué chucha.

No podía ser cierto.

Marcy admirada, colocó una mano sobre el rostro de la morena, además de tapar su nariz, también lo hacía con sus ojos, boca y media frente.

Anne supuso que aún estaba aturdida, y comenzó a reírse por la actitud de la pequeña. Sin poder evitarlo, besó con delicadeza la palma de su mano, sonrojando a la que estaba sentada en su regazo en esos instantes.

Entró en razón y mentalmente se preguntaba el porqué rayos hizo eso. Ambas se miraron por unos segundos y decidieron separarse para que paradas como dos árboles plantados en las gradas se quedaran.

El darse cuenta de que Marcy seguía sobre Savisa, también ayudó a que las dos entren en pánico.

- Bueno, eso... Eso era la sorpresa.

Declaró la tenista, sobándose el brazo por los nervios.

Marcy miró a los ojos de la morena e hizo el esfuerzo de mantenerlos ahí al menos dos segundos. Agarró de sus manos y empezó a saltar en su lugar de felicidad.

- ¡Soy grande Anna-banana! ¡Soy grande!

Compartiendo el mismo estusiasmo, Savisa, comenzó a saltar junto a la azabache, sosteniendo sus manos con firmeza.

- ¡Hay que celebrar!

Bajaron de dos en dos los escalones hasta llegar al primer piso y hacerle una voltereta a Marcy. Todo eso seguido con un bailecito inusual y risas entrelazadas.

『˒ ː •*.·.*• ː ˓』

Entre los estantes se encuentran libros, entre los libros, letras, y entre las letras, cada obra impresa, manuscrita o pintada en una serie de hojas de papel.

- En serio no puedo creer que ni si quiera hayas escrito algo.

Lo faltante para completar el registro de los pasos para el experimento fallido de Terri.

- Es que...

- ¡¿Qué clase de científica loca no escribe los pasos para su experimento?!

- Es que yo...

- ¿En serio tienes una excusa para ésto?

Terri vio la expresión facial de Maddie, toda seria y cruzada de brazos con una ceja alzada. Frunció el ceño poniendo los ojos en blanco.

- Bien, no tengo.

Silencio.

- Eso ya sabía.

Pequeños problemas || Marcanne Donde viven las historias. Descúbrelo ahora