Cap 9 | Tratos y promesas.

1.1K 115 350
                                    

Dió sus primeros pasos dentro de la casa. Saludó a sus padres sin ganas y subió las escaleras arrastrando sus pies. Echó su mochila al lado de su puerta metiendo su mano entre su caballo, de ahí salió una criatura diminuta agarrando el dedo de la morena, ésta última la dejó en su mesita de noche sin mirarla y se tiró a su cama.

- Tonta Maggie...

Miró el techo tratando de olvidarla. No podía, esa chica de trenzas la molestó toda la clase acusándola de que hacía trampa. Está bien, Anne estaba conciente de que hacia trampa. Pero, ¿tanto problema por eso?

Su profesora Silvia se acercó a ella para confirmar si Maggie decía la verdad. Pero la adolescente quedaba como una tonta ante todos, porque ¿quién podría pensar que una pequeña humana estaría sobre el esponjoso cabello de la tailandesa dándole todas las respuestas de biología?

Maggie veía desde lejos a la morena, como movía sus labios formulando una pregunta, no lograba escuchar nada pero, sabía que se estaba comunicando con alguien. Después de unos segundos de estar mirando su libro, Anne se ponía a escribir la respuesta que le habían dado. La de trenzas en esos momentos sabía que le estaba dictando lo que escribe. Tramposa la decía. Tramposa.

O... tal vez solo alucinaba. Tal vez Savisa resolvía todo mentalmente. Tal vez... No. Maggie se negaba a creer eso. Y se negaría hasta el final de su vida.

Anne al recordar a esa fastidiosa chica que comenzaba a dejar por lejos a Gabby del primer lugar de las personas más molestas que conoció en su vida, cerró sus ojos fuertemente con la frente ceñuda. Agarró su almohada y se cubrió todo el rostro amortiguando un gruñido.

Marcy la contemplaba desde la mesita de noche. Se preguntaba si Anne de verdad quisiera tenerla ahí, mirándola todo el día, como una pequeña acosadora.

Ahora que comenzaba a recordar algunas cosas, Anne ya no se notaba tan inmersa en su celular, como lo hacía desde años. Siempre iba por la calle llevándola a todos lados mientras le preguntaba "¿Ellos son tus padres? ¿No crees que se parecen un poco a ti?" Y la azabache siempre respondía con un firme "No", además pensaba que si los veía, los recordaría de inmediato, justo como había estado pasando con anteriores personas. Pero Anne comenzó a salir como si fuese una obligación, olvidándose de sus hobbies y cosas que solía hacer. Mirar su serie favorita por ejemplo. Hasta había dejado de asistir a algunos días de práctica del club de Tennis para ir en bicicleta por las calles, buscando alguna casa que Marcy logre reconocer. Lo que la Boonchuy no quería que sucediera cuando saliese a la gran ciudad, es que la pequeña se distrajera con facilidad con cualquier cosa al rededor, lo cual sucedía ni bien salía a la vereda de su hogar.

- ¿Anna-banana?

Habló dudosa Marcy, saltando desde la mesita, al lado de la cabeza de la contraria. Dió unos pasos cerca y trató de quitar la almohada al no escuchar respuesta.

Anne sintiendo que la pequeña comenzaba a tirar de un lado de la suave almohada, gruñó y se colocó otra más encima.

- Anne.

Jalando del cabello de la tailandesa intentó llamar su atención.

- Ahg, Marcy, ¿que quieres?

Su comportamiento en serio estaba fastidiando a la pequeña. Y es que Anne pensaba que era justificado por su arduo trabajo en ayudarla. La morena se quitó las almohadas que cubrían su rostro y se sentó dándole la espalda a la pequeña.

Pequeños problemas || Marcanne Donde viven las historias. Descúbrelo ahora