Resiliente

08

Iván.

Miraba a Arabía riendo, tenía a su pequeña en brazos, y la sonrisa que tenía la beba era idéntica a la de ella.

– ¡Ya llego por quién lloraban!– dijo Serafín gritando haciendo que Maya se asustara y empezará a llorar.

–Pinche flaco– dije yo agarrando a la beba que me alzaba los brazitos para que la cargará.

–¡No mamees! Vicente ¡Ven rápido!– dijo Serafín mientras me miraba fijamente.

–¿Que pedo mijo....– el saludo de Vicente se quedó en el aire cuando miro a la bebé.– Ya te samaparon una plebe– dijo acercándose a la bebé y viendo con el ceño fruncido las pantuflas de peluche que traía mi chiquita.

– Si es de la quinita cálmate– dijo Alfredo quitándome a la bebé para darle un beso y pasarla a Arabía.

La cara de Vicente al escuchar eso fue sin duda un poema.

–Pero mira que chulada– dijo mi apa agarrando los cachetes de Maya haciendo que ella se sonrojara.

Vicente miraba a Arabía, como si tratase de descifrar algo.

Arabía.

La gordita estaba jugando con Ovidio, mis hermanos no habían dejado de mimarla desde la mañana.

–¿Y quién es el papá o que? – dijo Serafín mientras me veía.

– De seguro es mamá luchona– dijo Vicente– Ya vez que ahora las viejas se las dan de independiente.– dijo viéndome con soberbia.

Lo que Vicente tiene de guapo lo tiene de poco hombre.

–Pues no veo problema con que sea mamá luchona– dije sonriendole y agarrando a mi bebé.– Y sí, me las doy de independiente es por qué lo soy– dije viendo el convoy de camionetas que se acercaba, sabía a quienes le pertenecían.

–Pues al papá no lo veo aquí, lo que significa que solo te embarazo y se marchó– dijo acercandose cada vez más.

– El papá no está pero su abuelo sí– dijo Benjamín llegando a mi lado abrazándome por los hombros.

Vicente se puso pálido, y solo volteó su mirada a los Guzmán, quienes estaban atentos a cualquier movimiento de ambos.

–Mira corazón– le dije a Maya quien no paraba de ver a Vicente, ella volteo con Benjamin y sin pensarlo se le colgó del cuello.

–No mames– dijo Serafín "susurrando".

–Pero mira nomás, que chulas estan ambas– dijo mirando a Maya, quien se estaba riendo por las caras que Edgar, Ovidio e Iván le hacían, mientras que Alfredo grababa, Serafín y Vicente estaban completamente anonadados.

–¿Ya comió?– le pregunté a Benjamín, quien miraba a la niña con los ojos cristalinos. Mis hermanos habían salido a las palapas, pero la habían movido para ver qué todo estuviese bien.

–Es igual a el– dijo tocando la punta de su nariz, lo que hizo que ella riera.

–Tiene sus ojos– dije aguantando mis lágrimas, pero no tuve éxito– extrañamos mucho a papá, ¿Verdad gordita?– dije mientras limpiaba mis lágrimas y cargaba a Maya.

–Tengo que irme, no puedo estar mucho por acá, pero por favor vengan a visitarme– nos dió un beso en la frente y sin más salió de ahí. Dejándonos solas, por lo aproveche y subí a cambiar a la niña.

Vicente.

–No mames que es hija del Fabián– dijo Serafín comiendo chucherías.