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Vicente.

Ahora estábamos en el baile, la decoración no era del gusto de ninguno y eso se vio reflejado en la cara que hicimos cuando entramos.

–Que corriente están los centros– dijo Serafín viendo los floreros con una bola de Unicel y flores de plástico.

Arabia soltó una risa.

–Pinche gente barata– dijo Iván abriendo la cerveza que le ofreció una de las meseras, que sin duda robo la atención de todos en la mesa.

–¡Tito!– el grito de Maya hacía Iván mientras hacía un puchero hizo que saliéramos del trance donde estábamos.

–Mami–Maya le voltio la cara a Iván cuando esté se acercó para besarla en la mejilla. La beba le dió los brazos y sin más Arabia se levanto de la mesa.

Gandandose toda mi atención, el Vaivén de sus caderas al caminar, hasta trayendo en brazos a Maya se miraba sexy.

–Deja de ver a mi hermana, pendejo– dijo Ovidio pegándome por debajo de la mesa.

–Llegaron los de Jalisco– le aviso Néstor a Iván.

Todos nos pusimos alertas.

Iván.

Todos en la mesa buscábamos a Arabía con la mirada. El que los de Jalisco estuvieran aquí y supieran que ella es nuestra hermana, verdaderamente me da temor.

–Alla está– Ovidio señaló a Arabía, quien traía con ella varios dulces, mientras que Maya reía, también en sus manos traían dulces.

–¿Dónde los conseguiste?– le pregunto Edgar agarrando una cuchara con dulce de tamarindo.

–Se los robe a Benjamín– dijo simple y sin más comenzó a pelar un mazapán.

Ella los puso en la mesa y todos nos quedamos extrañados.

–Ten tito– Maya me pasó un "Royo de guayaba". Mientras que a sus demás tíos les pasaba otro tipo de dulces.

Maya era tan leal como nosotros, pero tan... Quinita.

–¡Arabía!– el grito de Rubén al verla nos puso en confusión.

–¡Rubén! Que gusto verte ¿Y tu papá?– ¿Cómo vergas lo conoce y por qué putas conoce a su papá?.

Arabia se levanto a saludar de abrazo a Rubén y todos imitamos su acción poniéndonos alertas.

–Señores– Nemesio nos dió la mano en saludo a cada uno de nosotros.

Correspondimos el saludo, pero la mirada fija que le dimos no se la quitamos.

Arabia miró el como el ambiente cada vez se ponía más tensó.

–Si no fuera por qué Arabia es nuestra quinita, juraba que es pariente de los Oseguera, es igual a Rubén– Ovidio le dijo a Edgar y Alfredo quienes asentian.

–Hasta parece su hija, tiene más rasgos de ellos que de don Joaquín— Serafín termino de decir mientras mordía una paleta de la rosa–¡Ay mi chicle!– dijo cuando la paleta se le cayó.

Hasta parece su hija.

Los recuerdos de hace años cuando Vicente y yo jugamos con carritos mientras que Don Mayo y mi apa hablaban de la vieja embarazada del Mencho y lo que le harían hicieron que yo perdiera el color de mi rostro. Mire discretamente a Vicente, y sin duda alguna estaba igual que yo.

–¿Y si es ella?– me preguntó Chente y pude confirmar que ambos pensamos y recordamos lo mismo.

–¿Por qué estaría con nosotros?– ahora le pregunté yo.

Ambos dirigimos nuestra mirada a Nemesio, quien miraba a Arabía de una manera que no puedo descifrar, Maya jugaba con sus cadenas, no me di cuenta cuando la cargo.

Tráiganme una presión que se me bajo la coca.

Arabía tiene la misma sonrisa que Rubén.

Ella se despidió y sin más se sentó de nuevo con nosotros.

–¿De dónde se conocen?– pregunto Vicente serio.

–Lo encontré en el cementerio, cuando fui a mirar la tumba de mi mami– ella no me sostuvo la mirada. Se cuanto le duele hablar de su madre.

–Buenas noches– dijo Fabián llegando con el niño en brazos mientras miraba a Arabía detalladamente.

–Que rollo plebe– le dije viendolo seríamente.

Todos lo saludaron del mismo modo.

–Hola, Joaquína–le dijo mientras le tocaba el hombro descaradamente.

–Te doy tres para que quites tu asquerosa mano de mí, o te rompo las bolas–

Arabia lo miro con esa mirada tan digna de ella, esa mirada imponente, pero no la de un Guzmán.

Fabián quitó la mano discretamente y mis hermanos no pudieron ocultar su risa burlona.

–Cuando seas grande, por favor se igual de cabrona que tú mami– le dije a Maya quien solo río.

–Cuando sea grande, también quiero ser como Quinita– dijo Edgar mientras se comía un Bocadin masticado anteriormente por Maya.

–No pude dejar de ver lo bonita que te vez con ese vestido– Ovidio abrazo a Arabía mientras le besaba la cabeza.

Se miraba preciosa.

–Te vez muy chula con ese vestido, tanto que tienes que bailar conmigo– Vicente no dejo a hablar a Arabía cuando la llevo a la pista a bailar "El agua Clara". Eran la sensación, sin duda opacaron a los novios.

–Apuesto mi rancho de Durango, a que terminan juntos– les dije viendo el como ambos sonreían inconscientemente.

–Apuesto mi casa en los Cabos que no– dijo Serafín.

–Ay sí, yo soy Tim Vicerabía.– dijo Edgar mientras comía papas con Ovidio quien asentia animadamente.

–¿Que mierda es eso, More?– le dijo riendo Alfredo.

–Es su ship– dijo Ovidio simple para luego seguir comiendo papas.

–Tito– Mayita me habló y sin más me agaché a su altura donde ella me beso la mejilla, y se aventó a mis brazos.

–Ivan Guzmán dejando que una bebé le bese y se acorruque en su pecho– Alfredo grababa.

Maya Ivana, era la única niña que podrá hacer conmigo lo que quiere y cuando quiere, no tengo pruebas pero tampoco dudas.

ResilienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora