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Vicente.

Nos habíamos quedado en el rancho de los Guzmán por casi un mes. Mes dónde Arabia se había encargado de hacer que tuviéramos más condición, nos había enseñado todo tipo de armamento, como armarlo, desarmarlo, entre un chingo de cosas más.

—Pero no entiendo cómo se dejan mangonear por una vieja cabron—Elian, primo de los chapitos estaba alegando.—Las viejas son pa servirnos en la cama, que son esas mamadas, pinches jotos— todos estábamos en silencio, nadie decía nada. Arabia no estaba en Culichi desde hace una semana, de hecho, nadie sabía dónde estaba, solo Iván y su apa.

—Bueno ya— hablé recio, recibiendo una mirada de su parte.—¿Que bronca traes con ella o qué verga?—

—No es que tenga nada en su contra, pero neta, ¿no les molesta? Es una vieja cabron— ahora lo decía con aires de superioridad. Si este cabron nunca me cayó bien, ahora que estaba ofendiendo a la quinita, mi quinita menos.

—Una vieja con ovarios, como decía mi Jeni Rivera "La mujer de los huevotes"— Edgar hablo y Ovidio rápido le dió la razón.

—Es una puta— dijo mientras tenía a una mujer sobre de él.—Y lo único que hace con ustedes, es permitir que se la tiren—.

El que don Joaquín nos prohibiera decir quién era ella, nos reprimía mucho al contestarles.

—Pues la puta a la que llamas, tiene un puesto en la corporación, mucho antes que tú, y más arriba de lo que tú podrías estar, primo— Iván lo vio, de la misma manera que el chapo veía a las televisoras en sus entrevistas, con burla.

—Ademas hablas de alguien que es muy importante para todos aquí y en este lugar— dijo Serafín.

—¿Y quién es esa? ¿O qué hace que es tan querida y respetada aquí?—

Estoy a nada de partirle su pinche madre.

—Ella es la..— serafín no termino de hablar para cuando Edgar hablo.

—La mujer de Vicente—.

Verga.

Al Elian se le bajo hasta el calzon con la pálida que se dió.

—¿Apoco sí oiga?— temblaba en su voz, e Iván solo lo miraba divertido.

—Aguas a quien llamas puta plebe, que puede resultar ser tu patrona—

Todos nos volteamos en putiza a mirarla.

J O D E M E.

—Hasta que te veo— Iván me hizo una seña para que me levantará

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—Hasta que te veo— Iván me hizo una seña para que me levantará. Y así lo hice.

—Estas pero chula mija— hablé sincero y pude ver cómo ella se sonrojaba.

—Me van a dar una pinche explicación de todo esté teatro— me dijo en un susurro cuando me abrazo.

—Yo te doy lo que tú quieras, cuando tú quieras, chiquita— sentí un chingazo cuando le robe el besó.—Valio la pena— le susurré.

ResilienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora