Capítulo nueve
—N, ¿quién está aquí?
—Joder. Joder, joder, joder –murmuró el y salió disparado de la cama, corriendo hacia la puerta principal.
Alice lo siguió de cerca a medida que Nathan comenzaba a ponerse cada vez más nervioso.
Nathan se detuvo abruptamente al pie de las escaleras y Alice casi se choca con su espalda. Lo vio respirar profundamente antes de caminar hacia la puerta y decidió quedarse atrás en las escaleras.
Nathan agarró el pomo de la puerta con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. Abrió la puerta y allí estaba ella.
Olivia, que sería básicamente un fantasma durante los últimos cinco años, estaba parada en la puerta de Nathan.
Su cabello estaba despeinado, su ropa parecía como si hubiera estado durmiendo durante semanas y su rostro estaba oscuro, hundido. Nathan se quedó allí con incredulidad, las emociones arremolinándose a través de él. Estaba confundido en cuanto a por qué ella había aparecido, pero también estaba enojado. Él estaba herido. Quería que ella se fuera.
—¿Qué demonios estás haciendo aquí? –escupió y ella se estremeció ante su tono áspero.
—Nathan, sé que ha pasado mucho tiempo, pero estoy pasando por una mala racha ahora mismo y me vendría bien un poco… –se detuvo a mitad de la súplica cuando vio a Alice asomándose por la esquina. Su expresión facial cambió de inocencia de ojos de ciervo a pura rabia en un segundo. —¿Por qué está ella aquí? –preguntó.
Nathan se burló, en absoluta conmoción por lo audaz que estaba siendo. —¡No es asunto tuyo, Olivia! ¿A qué viniste aquí? ¿Por dinero? Lárgate de aquí –dijo, tratando de cerrarle la puerta en la cara.
Olivia extendió la mano para detener la puerta y se abrió paso a empujones. —No, estoy aquí por mi hija. Mi hija, no la suya –dijo, haciendo un gesto hacia Alice. —Quiero verla, Nathan. Déjame verla –ella exigió, su voz cada vez más fuerte.
Alice miró a Nathan, él no captó su mirada, pero ella podía notar su mandíbula bloqueada y sus manos apretando sus puños.
Sin pensarlo, Alice subió corriendo las escaleras hasta la habitación de Charlotte, cerrando la puerta detrás de sí.
Se apoyó contra la puerta y miró a Char, quien dormía profundamente en su cama a pesar de la conmoción en la planta baja. Alice cerró sus ojos y espero que Nathan no dejara que Olivia pasara más allá de la puerta principal.
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Angel ©
RomanceAlice y Nathan. Al contrario de lo que pensaban los medios, no se habían dedicado a nada parecido a lo que se esperaba. Ambos habían construido sus reputaciones fuera de la sombra de sus padres, y era tan común verlos juntos que la prensa ya no se m...