diez | chico favorito

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Capítulo diez

Capítulo diez

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26 de Julio.
Los Ángeles, California.

—Muy bien bebé, diviértete en casa de los abuelos. Te veré en unos días –dijo Nathan, besando la frente de Char.

—¡Adiós papi! –chilló la niña, tomando la mano de su abuela y saliendo por la puerta. 

Nathan cerró la puerta y exhalo profundamente. Después de la visita sorprendente y desagradable de Olivia la otra noche, Nathan le preguntó a su madre si podía llevarse a Char unos días.

Necesitaba algo de tiempo para sí mismo para ordenar sus pensamientos y sabía que podía hacerlo mejor sabiendo que Char estaba en un lugar seguro y desconocido para Olivia. 

Nathan sintió que su teléfono vibraba en su bolsillo y lo sacó para contestar. 

—¡Hey! –él dijo.

—Oye hermano, ¿si vendrás no? –Matthew dijo desde el otro extremo de la línea. 

—Sí, mi mamá acaba de recoger a Char. Estaré en 10. 

—Genial –Matthew dijo y cortó la llamada. 

Nathan le había preguntado a Matthew si podía ir a su casa y conocer su opinión sobre la situación con Char. Nathan había sido padre soltero durante cuatro años y era bueno en eso, pero obviamente los niños crecen. Hacen preguntas, comienzan a sentir curiosidad por algo más que formas y colores a medida que envejecen. Nathan sabía que muy pronto su hija estaría preguntando por su madre y quién era, y necesitaba conocer la perspectiva de otra persona. 

Confiaba en todos sus compañeros de banda y siempre acudía a ellos en busca de consejos, pero en este caso sabía que Matthew sería el mejor. Mat también era padre, y Lavender era unos 3 años mayor que Char, por lo que Mat sabía un poco más que él.

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—Gracias por dejarme venir, Mat –dijo Nathan, acomodándose en el sofá de Matthew. 

—Sabes que puedes hacerlo en cualquier momento. ¿Redbull? –Matthew dijo desde el refrigerador y Nathan aplaudió, haciendo un gesto para que Mat le arrojara la lata.

—¡Tío Nathan! –Lavender exclamó, corriendo por el pasillo y saltando al regazo de este.

—¡Oh! ¡Aquí está! ¿Cómo está mi Gasly favorita? –él dijo, molestándola y revolviendole cabello. 

Ella se rió y le apartó la mano. —¡Bien!

Matthew dio la vuelta a la esquina y se sentó en la silla frente al sofá. —Está bien Lavvy, puedes pasar el rato con el tío Nathan más tarde, ahora tenemos cosas de las que hablar. Ve a jugar a tu habitación, ¿de acuerdo? –dijo y Lavender hizo un puchero porque amaba a Nathan, pero saltó de regreso a su habitación.

Angel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora