[ Advertencia: La historia no podría decirse que es en un mundo paralelo porque sus personalidades en esencia son las mismas; pero en sí, el contexto es el que la guerra entre razas inmortales aún no ha acabado. Nos encontraremos con un príncipe fey heredero al trono "Francisco Livádi" y un general de guerra "Miguel, el rey de la protección y de la memoria" por parte de los hechiceros sorceri.]
Estaban perdiendo. Hasta hace un día uno de sus mensajeros, y uno de los pocos sobrevivientes de la línea de guerra contra los vampiros de la horda, llegó muy mal herido a su base entre las montañas, tenía un corte profundo en el cuello -esto era algo urgente que atender- y mientras se recuperaba les informó los detalles del general formidable que actuaba bajo las sombras. Todo el mundo inmortal conocía su nombre pero no sus poderes; los únicos que habían podido presenciar la magnitud de sus dones no habían logrado sobrevivir o fueron tomados como prisioneros de guerra. Todo dependía del humor del general sorceri. [1]
La guerra empezó entre las dos razas encantadas: las brujas y los hechiceros. No obstante, luego se dieron unificaciones de bandos; por un lado las brujas se unieron a las valquirias y a la raza feodal [2]; y por otro, los hechiceros formaron alianza con los vampiros de la horda [3]. Al transcurrir el tiempo, la alianza entre hechiceros y vampiros fue ganando terreno y generando destrucción masiva por donde pasaba; en consecuencia, ahora, después de 300 años de empezada la guerra, casi todas las razas de inmortales se unificaron para enfrentarlos; a excepción de las ninfas [4], súcubos e íncubos [5], y los ángeles que se preocupaban más por los designios divinos.
Su bando liderado por los sorceris estaban en su máximo esplendor con sus prodigios cuyos poderes hasta ahora no se hacían saber; a lo mucho se habían infiltrado poderes menores como el control del oro y el de armas; sin embargo, más allá de esos, todavía seguían siendo resguardados entre sus miembros. Esa era la principal razón, por lo que el bando contrario no llegaba a realizar estrategias más precisas y concretas.
El heredero al trono y líder de guerra; esto es, el fey Francisco de la casa Livádi, a sus 33 años de edad hasta ahora había podido avanzar hasta las tropas principales de los hechiceros; los rastros de caos eran su principal guía; planeaban realizar una redada en la noche. Se sabía que cuando los sorceri descansaban quienes cuidaban sus espaldas eran los vampiros; mas éstos se habían dividido para invadir tierras y abarcar así más terreno a su imperio; por tanto, esa noche era el momento propicio para acabar de una vez con los guerreros principales de su raza.
Cuando la noche estuvo en su punto máximo, Francisco les ordenó a sus soldados avanzar de manera sigilosa hacia el campamento cubierto con simples mantas. A solo unos cientos de metros del campamento, advirtió extrañeza en la situación.
"Si son tan vulnerables en las noches, ¿por qué no usan mejores materiales para protegerse?"
"Es de conocimiento general que los hechiceros sorceri son los más débiles en combate cuerpo a cuerpo en contraposición con otras razas; por ese motivo es que usaban armaduras."
"¿Por qué un joven chico y un niño están fuera y observándonos?"
Francisco paró a varios metros cerca y ordenó, de igual manera, a sus guerreros detenerse. Efectivamente era una situación inusual, pero a su vez le producía ciertos estragos en su interior. Por alguna razón no podía apartar su mirada del joven solo un poco más alto que el niño.
—Pero que suerte tienen, me agarraron con un buen humor. —el joven con mirada brillante esbozó una sonrisa tan linda y dulce a sus ojos, al punto de que el mayor fey no podía salir de su trance.
—Tú, niño... —habló uno de sus soldados.
—Silencio.
—Tú, ¿por qué tienes un niño aquí? ¿No tienes conciencia?
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Egoísmo [AU] | EcuPer
Fantasy''Solo quiero una cosa. La muerte.'' "Y yo, enmendar mis pecados.'' Después de tantos siglos de lucha, al fin, las razas inmortales y los humanos pueden convivir en paz y armonía. Ambos se rigen por las leyes del destino; esto es, su pareja destinad...