Capitulo 47

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Narrador omnisciente.

Decisiones.

Eso nos define como personas en este vacío y hueco mundo, nos da cierta "madurez" que demuestra nuestra larga experiencia en la vida mostrando y generando respeto ante una sociedad que se dedica a criticar.

Decisiones sobre que ropa usar, si el pantalón es más decente que la falda corta que te encanto, pero que pondrán en duda tu decencia y reputación por usarla.

Decisiones sobre la carrera universitaria que elegirás si es lo suficientemente buena para los demás o si es muy requerida para que te de dinero.

Decisiones sobre si abortar seria lo correcto, pero que seguramente todos te juzgarían sin saber la verdad.

O decisiones simples como si comer helado de chocolate o vainilla.

Cada uno de nosotros decide su destino, su vida, su futuro.

Todos tomamos decisiones malas y buenas, pero quien somos para juzgar las malas.

No sé qué pensarían de la decisión de la reina, muchos estarán a favor apoyándola otros estarán en su contra, pero al final solo ella sabe porque lo hace ya que la decisión mala o buena es suya y nosotros solo somos espectadores no críticos.

Y cuando descubras que eres protagonista en tu vida, espectador en las vidas de los demás y crítico de nadie te aseguro que este mundo podría tal vez y solo tal vez mejorar para bien.

La reina agarro su caballo negro montándolo con la dirección propuesta en su cabeza, tenía dos posibles destinos, pero solo podía llegar a uno.

Su mente se había desvelado tomando la decisión que ella consideraba correcta que según su corazón era lo mejor para todos, pero sobre todo para ella.

Sus heridas ya habían cicatrizado gracias a los cuidados de Jade y de todo el personal médico y aunque aún tenía algo de dolor no podía posponer más esta situación porque todos estaban expectantes ante este suceso.

Cuando llego a su destino bajo de su caballo y lo entrego a uno de los sirvientes, contemplo el castillo de Goldman desde afuera.

Este era lúgubre imponía respeto y miedo, pero ella sabía que todos en el reino de Goldman adoraban a Damián no solo por salvarlos sino porque gracias a él eran el reino más poderoso del sur porque desde luego Diamond era el reino más poderoso del Norte.

Debía hablar con Damián sobre algo importante, había repasado su discurso toda la noche practico frente al espejo imaginando las palabras correctas que decir, ensayando sus gestos y expresiones una y otra vez para que todo salga bien.

Esperando en la sala del trono aliso su vestido rojo mientras esperaba, llevaba el mismo vestido que él le había comprado la primera noche que ella durmió aquí, Victoria suelta una sonrisa inconsciente al recordar que él quería que se pusiera un vestido horrible y ella logro convencerlo y así siguió en su ensoñación mientras uno de los sirvientes llamaba al rey.

La reina miro hacia los tronos donde vio que seguía el que Damián había mandado a colocar, aunque ella siempre se sentaba en sus piernas, todos los recuerdos la abrumaron llenándola de nostalgia lamentándose por no haberlo conocido mas antes, por no haber disfrutado más de él.

Damián ya la había visto llegar desde su balcón así que corrió a verse al espejo y arreglar su cabello ya que la espera lo estaba matando, agarro lo que tanto nerviosismo le causaba de la mesita de noche y lo guardo a su bolsillo.

No espero que el criado lo llamara y el bajo corriendo al encuentro de la reina, la extrañaba tanto como ella a él.

Llego al salón del trono y ahí la vio con ese vestido rojo de infarto que le encantaba no espero ni un segundo y corrió hacia donde ella alzándola en brazos, ya no le importaba la frase de "solo sexo" porque, aunque el rey lo negara ella le había llegado hasta lo más profunda de su arrogante y egoísta alma.

LA CORONA DE LA PASION [#1 SAGA CORONA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora