LA CORONA DE LA PASION [#1 SAGA CORONA]

Capitulo 8

Hay un capitulo antes que este, por si Wattpad no aviso

Maratón 2/4

Victoria Diamond

—Disculpe no me fije por donde caminaba— evito hacer contacto visual, lo último que quiero es que descubra quien soy en realidad.

—No se disculpe, siempre es un placer que una belleza como usted caiga en mis brazos— patético.

—Con permiso, debo regresar a trabajar— debo escapar de ahí, pero mis planes se ven frustrados cuando me doy la vuelta y siento un brazo jalándome haciendo que lo vuelva a encarar.

—Me gustaría que me acompañe el resto de la noche— Merda

—Disculpe, pero tengo que trabajar—

—¿le está negando algo al rey de la mafia? —

—Disculpé si lo ofendí— miro sus ojos marrones—pero debo trabajar, con permiso—

Sin más escapo lo antes posible de ese lugar.

Se los dije, yo no puedo tener perfil bajo, pasar desapercibida es algo que no me caracteriza.

Llego a la cocina en busca de otras bandejas.

—Niña, ¿Dónde estuviste? — habla la encargada— tenemos mucho trabajo

—Disculpe fui al baño— en eso su mirada se vuelve terror todos en la cocina miran en mi dirección asustados, nadie dice nada ni un solo sonido.

Al darme la vuelta veo al Alacrán a mis espaldas, merda este hombre es insistente.

—¿Ella está a su servicio? — le pregunta a la encargada mirándome a mi

—Sí, es nueva se llama Elena, es muy bella— ya veo a donde va todo esto, por eso nos hacen vestir así, por eso solo hay puras jóvenes con excepción de la encargada, no solo se trabaja como sirvientas también como prostitutas

—Me la llevare toda la noche— todas me miran con lastima, alguna con miedo y otras con envidia—ya no la necesitaras ¿verdad? —

—No señor, es toda suya— ¿Alguien me pregunto a mí?

—Vamos— su mano agarra la mía y me jala haciendo que lo siga, pero con los tacones es difícil.

—Oiga, deténgase— no me responde—¡yo no quiero ir con usted! — entonces se detiene

—¿Qué dijiste? ¿Sabes quién soy? —

—Si lo sé, pero yo dije que debía trabajar necesitaba el dinero—

—No te preocupes te pagare el doble— vuelve a jalarme por todo el salón, nos lleva hasta uno de los sillones del lugar.

Él se sienta y hace que me siente en su regazo.

Con un mano acaricia mis piernas y con la otra agarra un vaso de wiski, lo único que me da miedo es que se dé cuenta que no tengo bragas.

Maldito Damián.

Todos los malditos mafiosos tienen a una o más mujeres en sus piernas, las están tocando, besando y otras cosas asquerosas, se podría decir que esta es la verdadera cara de la mafia.

Veo como Madahy me mira asombrada, pues esto no era parte del plan.

—Alacrán— se acerca un hombre—está todo listo—

—Perfecto, en un segundo voy— el hombre se retira—¿Quieres divertirte? —

—Depende cuál es su concepto de diversión—