Tres

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Tres

La tarde de aquel domingo había sido de lo mas agradable y tenia mas de doce dibujos en su blog, todavía no se creía que tuviera esa cantidad en sus manos. Estaba sentada bebiendo una taza de café, el cual se estaba volviendo adicta y observo hacia la calle esa en la que se podía visualizar autos, bicicletas y motocicletas pasar, mas los peatones recorrer las calles, las tiendas.

Recordó lo sucedido con Josue, aunque no había dejado de pensar en ello una de las preguntas bajen más sobresalía era ¿Por qué ella? ¿En que se había equivocado? Porque algo que sabía es que no tenía el cuerpo de las muchas modelos que contrataba, aunque su línea era para las mayorías de las tallas desde mujeres delgadas hasta talla plus, esas que amaban su cuerpo y lo apreciaban.

Torció el gesto al recordar que al saber cuanto tiempo estuvo así, de que si realmente sus viajes cada vez que salia del país eran por cuestiones de trabajo, decidió llamar al jefe de él con quien se llevaba bien porque cuando ella le pedía modelos de su agencia se las prestaba y así a veced salia de apuros. Al tercer intento el contestó.

-Nadia -exclamo Nixon Rivas -¿Te ha gustado la sorpresa de tu chico?

Las cejas de ellas se elevaron al escuchar aquella pregunta.

-Púes no se de sorpresa me dices -respondió -Aunque mi llamada es al contrario, yo quiero darle una sorpresa a él.

-Mira tú, ya metí la pata -añadió él riendo -Pero dime.

-Podría proporcionarme hacia donde fue y todo lo referente a ello -pidió -Es que tengo una magnifica sorpresa y quisiera compartirla con Josue.

-Sí, apunta -exclamó con alegría en su voz Nixon dictándole la dirección, piso y habitación -En recepción te darán una copia de la llave, para que puedas darle esa sorpresa tuya.

-Te lo agradezco mucho Nixon -respondió ella -Sí llego a elaborar una linea masculina tu seras el primero en tener varias prendas.

-No te preocupes -rebatió el aludido -Ya sabes, que para eso estamos los amigos.

-Bueno gracias -expresó ella -Besos Nixon, cuidate.

-Igual tu bella -exclamó.

La llamada la finalizó ella y tras confirmar que las causalidades existían sacudió su cabeza terminándose de beber lo que tenia en su taza y dejo un poco de propina en la mesa donde estaba, agarrando así el bolso que siempre cargaba. Cuando tuvo todo salio de ahí y camino hacia el edificio donde ella se quedaba, encontraba gracioso que ella estuviera en la penúltima planta, mientras que él ocupada la segunda.

Por eso jamás se encontrarían por el momento se recordó, primero se vestiría de acuerdo a la ocasión, cuándo estuvo en la recepción fue hacia donde estaba la persona que atendía a los clientes, en esa ocasión estaba un joven a quien tras regalarle una sonrisa expreso.

-Buenas tardes Martín -murmuró al leer el nombre que estaba en su camisa -Soy una de las inquilinas, pero me gustaría darle una sorpresa a mi novio que esta de visita aquí y no me lo dijo -comentó viéndole a través de sus pestañas -Me podrías dar una copia de llave, cuando le haya dado la sorpesa yo misma te la regresare -añadió.

-Me podría dar el nombre de su novio -pidió el chico.

-Josue Narvaes -dijo sintiendo como ese nombre quemaba en sus labios y lengua.

-Sí aquí tenemos una reservación -expreso el chico -Tome espero que la sorpresa que le de a su novio le guste -comentó.

-Puede que la sorpresa que se lleve le haga huir de aquí -dijo con ironía ella aunque conociéndole lo poco que lo hacia, era algo seguro -Ah, antes de que se me olvide podéis buscarme una de las discotecas más modernas de la ciudad y contratar a un uber, que me espere durante el tiempo que este ahí, no importa lo que como pida -exclamó.

UN AMOR DE NAVIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora