Quince

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Quince

-Me hubieran dicho que vendrían -murmuró Nadia acariciando el cabello de Julian D'Alessio el anillo de oro con tres diamantes incrustados brillaba sobre su mano.

-Hija estabas inconsciente -le recordó su madre, haciéndola rodar sus ojos -Y este muchacho de Anderson nos dijo que no habría problema con que nosotros viniéramos y nos quedáramos en su casa.

-Lo sé mamá -respondió ella elevando su mirada hacia la de su madre -Pero me hubiera gustado saberlo o al menos haberles dicho que había adoptado a este precioso niño.

-Siempre he sabido que recurrirías a ello mi niña -exclamó Ninoska -Tu corazón es tan grande, que cuando llegara la personita que supiera entrar y instalarse en tu corazoncito no saldría de ahí por nada del mundo.

-Amo a Julian mamá -dijo ella suspirando mientras sentía sus ojos llenarse de lágrimas el día anterior había sido un día completo para llorar y ese día parecía que iba por el mismo camino -Fue el único que se acercó a mi sin miedo a nada y me preguntó si quería ser su madre -recordó ella sonriendo.

-Mi niña preciosa ya es madre -exclamó Ninoska -Estoy orgullosa de ti, de todo lo que has logrado y lo que falta, sobre todo amo que seas así mi vida, el hogar que le darás a Julian estará lleno del amor mas.puro que puede existir en la tierra, porque tu eres amor.

-Me harás llorar mamá -dijo ella sonriendo -Pero venga hablemos de otra cosa -pidió.

Durante parte de la mañana estuvieron poniéndose al día sobre las cosas que habían pasado en Miami y sobre el departamento de ella, que al final había tomado la decisión de vender, Nadia le enseño las libretas que le había conseguido Anderson por lo que debía de advertir que eran casi diez y que seis los tenia lleno de bocetos, mientras que dos eran especiales para ella ya que estaban inspirado en Anderson.

-Hija esta colección será grande por lo que veo -murmuró Ninoska pasando las hojas de la tercera libreta.

-Bueno... -exclamó ella sonrojándose -En los planes esta que sea la ultima en Miami -dijo.

-¿Cómo? -preguntó dejando ver los bocetos para mirar a su hija.

Ninoska se enternecida dejo la libreta que tenia en su mano para acercarse a su hija, que le sonreía con una sonrisa temblorosa y llena de expectativa en su rostro, la vio morderse los labios y que sus ojos comenzaran a salir las lágrimas que retenía.

-Me voy a casar con Anderson mamá -le confesó -Y mis planes esta en regresar para Marzo o Abril.

-Te vas a casar -susurró Ninoska respirando hondo -Hija lo acabas de conocer -expreso.

-Puede verse de esa forma mamá -reconoció Nadia -Pero lo amo, me siento completa, segura y son tantas emociones que siento por el.

-Hija mía, hija mía -murmuró Ninoska sonriendo -Sí así es la cosa, cuentas con todo mi apoyo para que seas feliz -dijo acariciándole la mejilla -Estoy tan feliz, y se que con Anderson seras muy feliz.

-Gracias mamá -susurró ella -Toca decirle a mi papá y a mis hermanos.

-No te preocupes por ellos que yo hablare con los hombres de la familia -expreso apretándole una de las mejillas sonrojadas.

-Solo esperó que el tiempo pase rápido mamá -comentó ella suspirando -Ya que durante esos meses estaré elaborando mi vestido, haré los preparativos mas importantes. Además tengo el proyecto de la fundación encima que debo de venir a visitar cada semana sí de ser posible.

-No debes de estresarte si hija -le recordó.

-Lo sé y lo entiendo mamá, pero también deben de entender que yo no puedo detenerme ahorita -añadió ella -Esta colección es importante, es un paso gigante en mi vida y en mi profesión, además de que se lo debo a la abuela.

UN AMOR DE NAVIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora