Día 19: Ronroneo Omega

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Su relación había subido a un escalón bastante alto de golpe sin haber sido previsto de ante mano por ninguno de los dos, pero pese a ello las cosas dejaron de ser incómodas para ambos, o al menos cuando estaban solos porque sabiendo que Akaashi se había enterado de inmediato lo que paso mientras él no estaba era algo que les llenaba de vergüenza a tal punto que no podían ni verse a la cara.

Por eso mismo es que ambos estaban en la calle juntos sin compañía del peli-negro tratando de sobrellevar la situación hablando sobre ello ahora que el celo del chico no estaba sobre él.

Seguían siendo tímidos y eso era algo que no se podía evitar o perder tan fácilmente, pero por lo menos podían con mayor confianza se tomaban con fuerza de la mano mientras avanzaban sin rumbo fijo.

—¿Podemos ir a comprar onigiris? ¡Conozco unos muy buenos y había querido llevarte desde cuando! ¡Aunque también esta una cafetería donde venden unos waffles increíblemente deliciosos bañados en chocolate! —de solo pensarlo ya un poco de saliva salía de su boca—. ¡Pero igual esta-

Tras otros tres lugares sugeridos con tanto entusiasmo terminaron yendo al lugar donde dijo que vendían malteadas, para poder soportar el calor de ese día mientras seguían recorriendo las calles con tranquilidad.

Fue algo sencillo para ella escoger su malteada bastante acostumbrada a pedir siempre el mismo sabor, pero para Bokuto no fue nada fácil, con veinticinco sabores distintos y otras tantas combinaciones más fue una larga hora en la que la chica le ayudaba a elegir, para haber terminado al final con una de chocolate. Pero no se le podía culpar por eso.

Entre su camino sin objetivo fijo terminaron metidos en un parque, para sorpresa de ambos completamente lleno de niños que jugueteaban en desorden en todos los juegos infantiles, desde los columpios hasta aquellas barras que originalmente eran para hacer ejercicio. Ella estaba segura que en cualquier momento oiría a uno llorar porque ya se habría caído al suelo.

Giró su vista hacia Bokuto, quien por alguna razón expresaba con la mirada una emoción que decía que quería meterse a la diversión de los niños de no más de diez años, en ese momento a ojos de ella él parecía también un niño pequeño.

—¿Eras igual a esa edad? —preguntó curiosa a la par que se iba a sentar a una de las bancas cercanas que dejaban ver a los menores.

—¡Sí, sí! —respondió de inmediato moviendo la cabeza—. Aunque llegué a hacerme sangrar la nariz en varias ocasiones que me caí, pero dejo de pasar a los siete.

—No podría contigo —comentó casi en automático después de escucharlo.

No le era extraño aquello pues realmente era imposible no imaginarse que Bokuto de pequeño era un niño demasiado imperativo, y que cuando menos estaría ya trepado en las ramas de algún árbol o metiendo cualquier cosa a su boca para probarlo.

—¡¿Por qué?!

Ella se encogió de hombros dándole unos últimos sorbos a su bebida fría.

—Los niños se me hacen tan frágiles que no sabría qué hacer si llegara a sangrar con una pequeña caída, y peor si andan de un lado a otro.

Bokuto le miró curioso hasta ladeando un poco la cabeza por sus palabras, terminó sentándose a lado de ella de igual manera concentrado en los menores. Nunca se fijó en ello e incluso cuando pensaba en el sin fin de cosas que hizo de pequeño las volvería a hacer aún si el resultado fuese a ser el mismo.

—¿Y tú nunca fuiste así?

La chica negó con tranquilidad tirando su vaso al bote de metal casi a lado de ellos, al regresar a la banca se sentó más cerca de él y terminó recargando su cabeza sobre el hombro de Bokuto, logrando un sonrojo algo intenso sobre él.

Omegacember 2021 (Bokuto Koutaro) ||Haikyuu AU|| [05]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora