Harry Potter.
Entre a la habitación con la charola del desayuno lista, Dray estaba aún hundido entre las cobijas durmiendo como roca a pesar de que ya eran las 10 de la mañana.
Suspire tranquilamente mientras que me dirigía a sentarme a la orilla de la cama no sin antes dejar la charola de comida en la mesa de noche de Draco.
Con agilidad me colé nuevamente entre las cobijas para terminar entre los brazos de Draco quien simplemente soltó un "¿Mmm?", bastante ronco que me hizo sonreír levemente.
Con delicadeza comencé a darle pequeños besitos en su nariz y mejillas, mis manos fueron a sus medianamente largos cabellos, con cariño comencé a rascarle la cabeza haciéndole el piojito que tanto le gustaba y que no era para nada buena idea hacerlo si mi intención era levantarlo.
Perdí la noción del tiempo mientras que acariciaba su cabecita linda, solo sé que en un momento Draco ya estaba restregando su rostro contra mi ropa en un intento de despabilarse y así poder levantarse.
Tranquilamente, lo deje huir de mis brazos para que pudiera sentarse, nuestros ojos se encontraron y una sonrisa surco mis labios con una felicidad genuina.
-¿Sabes qué día es hoy?.-Pregunte arqueando una ceja antes de girarme a por la charola del desayuno.
Me giré nuevamente hacia él teniéndole la charola.
-No, ¿Qué día es?.-Preguntó Draco con una voz tranquila mientras que tomaba la charola.
Ansioso mordí mi labio inferior y miré hacia otro lado, como regalo de su cumpleaños número 98 quería regalarle a un Harry de 98 y no de 19, pero la poción que había comprado no me había funcionado por el simple hecho de que todo lo que ingería que no fuera sangre terminaba siendo vomitado.
-Es tu cumpleaños mon amour.-Murmure con una voz bajita que había sonado demasiado tímida para mi gusto.
Ante el silencio que inundó la habitación me giré hacia Draco quien sostenía una tacita de porcelana blanca entre sus dos manos largas y un poco arrugadas, sus ojos grises estaban perdidos en el té de jazmín de la taza misma, pero aunque Draco estuviera viendo la taza yo podía sentir hasta acá la nostalgia que su alma reflejaba.
-¿Recuerdas todas esas clases de francés?.-Preguntó Draco alejando la mirada de la taza para enfocarla en mí.
Notando que no sonreía más, intente volver a sonreír con la misma suavidad que antes.
-Claro que sí.-Aseguré yo bajando la mirada rápidamente para tomar el suplemento de sangre que había subido conmigo en la charola.-¿Cómo podría olvidar las clases de francés que me dabas en la cama?.-Cuestiono burlonamente destapando el suplemento para volver a ver a un Draco sonrojado como un lindo camaroncito rosa.
El corazoncito de Draco se aceleró un poquito y por lo mismo volteé a verlo encontrándome con su rostro tan cerca del mío que la punta de nuestras narices se rozaron.
-Ta belle oeuvre d'art, toi qui t'effondres sous me caresses, si beau et petit, si désirable et attirante.-Susurro seductoramente Draco mientras que alzaba mi mentón con una de sus manos libres para así poder ladear su rostro.-J'ai encore du mal à assimiler que je suis le propriétaire de tout ce chef d'oeuvre.-Suspiro él contra mis labios.-Dis-moi Harry, dis-moi que tu seras toujours mon oeuvre d'art exclusive...
A punto de suspirar un "Oui" la mano de Draco que sostenía mi mentón se deslizó a mis labios colocándose ahí para callarme antes de hablar.
-Je ne veux pas que tu me le dises en français, je veux que tu me le dises avec un baiser français...
Y con esas palabras simplemente sonreí bobamente quitando su mano de mis labios para poder darle lo que quería.

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--•◦𝑩𝒆𝒔𝒐𝒔 𝑬𝒔𝒄𝒂𝒓𝒍𝒂𝒕𝒂 •◦--
FanfictionHarry es mordido por un vampiro maldiciéndolo con una vida eterna y en su afán de no querer dañar a nadie Harry se esconde en la mansión Potter viviendo solo de los suplementos de sangre que Ron Weasley le trae cada fin de semana. A veces los instin...