--◦1◦--

5.6K 553 744
                                    

Harry Potter.

No pude contenerlo, las lágrimas bajaron fugazmente una tras otra en una lluvia ácida.

Cubrí mi rostro con ambas manos, con el corazón estrujado camine desganado hasta mi habitación en donde me deje caer en la cama.

-Me gustas tanto que duele... y no comprendo porque duele tanto...-Susurre con una voz rota para mi mismo y mi miseria.

Llore soltando pequeños sollozos que cada vez se hacían más difíciles de controlar, sorbiendo mi nariz haciéndome bolita, abrazándome a mí mismo para sentir o más bien, imaginar que alguien estaba a mi lado apoyándome en esto.

Quien fuera.

Solo necesitaba un abrazo.

Uno para poder sentir que mi asfixia disminuía.

Pero el simple hecho de recordar a Astoria Greengrass me enfermaba, me hacía sentir tan débil, como cuando me aislé de todos.

Quiera o no, Malfoy fue el único que me sacó de ahí e irónicamente me dio a Teddy, con ambos a mi lado había olvidado lo horrible que era sentirse solo.

Y no quiero ir con Ron y Hermione, ellos están felices juntos, siempre soy yo quien va a molestarlos con sus problemas y siendo una piedra en su zapato.

Con el cuello empapado en lágrimas saladas y el colchón mojado por las mismas me obligue a levantarme.

Siempre me quedo solo porque así no me encariño con nadie y entonces, nadie muere.

O al menos eso era cuando estaba en Hogwarts, ahora todo ya había terminado y yo, yo ya no sabia como desacostumbrarme a eso.

¿Y si voy con Ginny?, no, no podía hacerlo después de haberle dicho todas esas cosas horribles.

Definitivamente ella no merece más mierda de mi parte.

Incluso Malfoy, nadie merece un saco de inseguridades y problemas disfrazado de una valentía absurda.

Porque así era el verdadero Harry Potter.

Una persona absurda, miserable, ahora que había cumplido el único propósito que le gustara o no, lo hizo sentir más vivo de lo que se sentía ahorita mismo.

Vencer a Voldemort darle paz al mundo mágico y el quedarse con todos sus traumas e inseguridades guardadas para simplemente mostrar una sonrisa y un "No fue nada, era lo necesario", cada que alguien le agradecía por haber salvado el mundo mágico.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por un olor que me llegó a azúcar.

Malfoy había regresado.

Mis piernas se movieron por sí solas, casi corrí hasta su cuarto, en cuanto abrí la puerta lo mire fijamente.

Malfoy olía a todo menos a azúcar, ese solo puede ser el perfume de Astoria o de una chica.

Él alzó arqueo su ceja y antes de que pudiera hablar me lance a él, atrape sus labios en un desesperado beso.

Ambos caímos en la cama, no tuve miedo de un rechazo porque esto era lo que él quería.

Yo lo estaba complaciendo.

Ambos ganábamos, él enfriaba su calor con mi cuerpo frío y yo calentaba el mio con el calor del suyo.

A la mierda el amor, a la mierda el sobre analizar mi vida.

Solo lo quería tener para mi.

Su atención, sus besos, sus abrazos.

--•◦𝑩𝒆𝒔𝒐𝒔 𝑬𝒔𝒄𝒂𝒓𝒍𝒂𝒕𝒂 •◦--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora