--•Final•--

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Harry Potter.

El tiempo pasa y yo me esfuerzo por disfrutar de Draco y sus últimos días, mi hermoso esposo de mirada gris, mi hermoso amor de mirada cautivadora tan profunda como un mar de plata acompañado con unos toques azules que me hacían comprar sus ojos con el invierno.

Con su largo cabello rubio platinado que brillaba con los rayos del sol, con aquella piel blanca como la nieve.

Oh si mi Grand furet era como la nieve.

Por mucho tiempo fue frío y cruel con las personas que no se tomaban el tiempo de sostenerlo entre sus manos y derretir aquel frío corazón de hielo descubriendo la belleza de su naturaleza tan Malfoy, encontrándote fascinado por su presencia tranquila.

Cerrando los ojos, recordando su risa, los recuerdos de cuando era tan joven como yo siguen frescos en mi mente como si tan solo fuera ayer.

Los momentos vividos durante Hogwarts, nuestro reencuentro, todo ahora es recordado con nostalgia y cariño.

Lo adoro más que a nada en este mundo, me ha hecho vivir una vida feliz y plena, él no lo sabe o tal vez sí, pero no quiere ver que él al igual que Hermione y Ron fue una de las razones por las que seguí vivo hasta ahora.

Mi foco de motivación, de alegrías, si de algunas molestias, pero lo que ha aportado a mi vida ha sido mucho.

Mi amor eterno, el amor de todas mis vidas puedo verlo, puedo sentirlo.

Y el día en que sus pulmones no le den más y el corazón se le pare, aquel día yo esperaré pacientemente hasta que su alma regrese al mundo y entonces pueda volver a vivir una vida junto a él nuevamente.

No me importa si en esa vida él quiere que yo sea solo su amigo o si no me quiere tener cerca, yo solo quiero estar a su lado sin importar que.

-Harry...-Llamó Draco quien ahora estaba afuera del balcón sentado en una de las sillas que estaban ahí afuera.

Deje de ver el hermoso atardecer.

Cuánto adoraba ver el atardecer en silencio, tomando té con Draco a mi lado, ambos disfrutando de las cosas más mínimas de la vida.

-¿Si? .-Respondí volteando ligeramente hacia Draco quien sacó un vial de su bolsillo.

-Siento... siento que ya me es más difícil respirar.-Confesó él con una voz un tanto ronca.

Apreté la taza en mis manos, lo había notado desde hace una semana, sus pulmones comenzaron a silbar cada vez que inhalaba y el doctor nuevo de cabecera decía que probablemente eso era por la bronquitis aguda que ya tenía Draco.

-Llamaré al doctor.-Murmuré dejando la taza a un lado sabiendo que esto ya era algo con lo que Draco no podía más.

¿Era egoísta seguir fingiendo que no sabía que ya iba a morir?, ¿Era egoísta querer mantenerlo el tiempo que resistiera su cuerpo sin importar lo mal que se encontrara?.

Su corazón con cada año que pasaba latía con menos fuerza... a veces tenía que concentrarme para escucharlo y comprobar que solo estaba durmiendo.

-No.-Ordenó Draco inclinándose sobre la mesa para tomar mi mano.-Harry...es 30 de julio y yo quiero adelantarte tu regalo.

Empuje mis lentes hacia atrás al notar que se habían deslizado bastante.

-¿Qué es? .-Pregunté intentando tragarme mi miserable tristeza.

Draco me sonrió, una divina sonrisa de oreja a oreja.

-Te va a gustar.-Aseguró él volviendo a sentarse bien.-Aunque en realidad son dos sorpresas.

--•◦𝑩𝒆𝒔𝒐𝒔 𝑬𝒔𝒄𝒂𝒓𝒍𝒂𝒕𝒂 •◦--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora