Navidad.

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Último día de clases para la Academia Kimetsu, con ello se venían las vacaciones de invierno y entrando el año la graduación. Aunque le alegraba un poco todo ya qué, su amada venía por las vacaciones de invierno.

Se encontraba en su último semestre de farmacología, aún recordaba sus escapadas para hacer el amor en los múltiples lugares donde no había tanto movimiento del alumnado.

-Oh Tomioka-san, ¿Aún no te retiras?

Kanae su cuñada llegó con algunas hojas que había puesto en su última clase, ah decir verdad, tal vez la hicieron enojar y puso un exámen sorpresa. Las hermanas Kocho eran terroríficas.

-¿Vendrá Shinobu a Tokio?

-Si, dijo que llegaría mañana.

-Me alegra, creó últimamente haz estado tan feliz que, no haz perseguido a Zenitsu por su cabello rubio.

Era cierto en algún punto, desde que supo que ella vendría de Kioto a Tokio pues, no podía expresar su felicidad de alguna forma que así.

Se iba a descansar a su departamento, pero recibió una llamada, la cuál era la mujer que lo traía loco desde hace algunos años.

-Shinobu.

-Hola cariño, llamaba para decirte una mala noticia.

-¿Te pasó algo?

Su sentido alarmante lo hizo alterarse un poco unos metros antes de llegar a la puerta de su hogar.

-Trabajaré hasta el 24 de diciembre en la tarde, no podré ir mañana a Tokio, lo siento cariño. Tenía ganas de verte pero, no creo encontrar un tren bala ese día.

Giyuu tenía desde el cumpleaños de ella que no se veían, eso daba casi un año. Pensó un momento las palabras que había dicho, así que dejó hablar su corazón.

-Puedo ir a Kioto pasado mañana, trataré de conseguir boletos.

-Podemos hacer el cambio en la estación Giyuu, me haría feliz verte.

El tinte de felicidad era notorio en cada sílaba salida de la melodiosa voz de la chica de ojos púrpuras.

Al entrar él al departamento tuvieron que colgar para que pudiera arreglar su maleta y ella arreglar todo par recibir a su invitado, Giyuu antes de irse tomó de su cajonera que estaba a lado de su cama una pequeña caja de terciopelo. Ya era momento de sentar cabeza y con quien más que la chica que lo traía loco.

El día tan esperado llegó, Shinobu se encontraba congelandose por el tiempo tan frío. Sin saber lo que pasaría, volteó a ver el lugar de la salida para encontrarse a su novio vestido con un traje negro, una banda atravesando su cuello con la frase "Feliz Navidad" y para la guirnalda del pastel, traía una máscara tengu muy rara.

Shinobu soltó una sonora risa por lo bajó, ante lo adorable que se veía su novio con éso y una sincera sonrisa. Extrañaba estas cosas de él.

-Giyuu-san... Eres tan adorable.

Se acercó para posar sobre la punta de sus zapatillas y tomar cada mejilla para plantarle un tierno beso de bienvenida.

-Bienvenido.

Él la acercó un poco más para abrazarla contra su pecho, la gran diferencia de estatura era muy notoria entre ambos pero, le resultaba tan adorable que ella fuera la que se acomodaba en su pecho.

Era tanta calidez brotando de ella, extrañaba estos momentos desde que se mudó a Kioto. Ambos se veían fijamente, casi cuatro años desde que ella se graduó de la preparatoria y ahora, estaba a punto de convertirse en una fármaco bióloga profesional.

La adolescente que era la Presidenta del club de Investigaciones farmacéuticas, ahora toda una líder nata hecha y derecha.

-Vayamos a casa cariño, debemos dejar que te prepares para poder dormir. Tenemos muchas cosas que hacer en estos días.

La sonrisa tan sincera de ella dibujada en la comisura de sus labios, estaban tan felices de que sus días pasarán tan lentos.

Viajaban a los alrededores de la ciudad cuando Shinobu salía, Giyuu la invitaba frecuentemente a cenar y a dejarla a su trabajo.

Iba planeando su propuesta de matrimonio pero, la intimidad en las cuatro paredes de la habitación de ella se llenaban de jadeos, gemidos y unas cuantas palabras de amor brotando de él hacía ella.

El día tan esperado había llegado, las calles llenas de luces, gentes comprando regalos de último momento, Giyuu esperaba a Shinobu pero pareciera que ella iba a tardar un poco más. Se dedicó a comprar un pastel y algunos ingredientes para hacer la cena.

Su tiempo se dedicó a hacerle un pequeño pollo al horno, el pastel estaba en medio de la mesa cubierto de un glaseado color blanco como la nieve que iba cayendo en la ciudad de Kioto.

El aroma impregnado en el pequeño departamento que ella rentaba, era tan delicioso que por unos cuantos segundos se dejó ir la corriente de aire para mezclase con el exterior. Dejando entrar a la pequeña chica, estaba temblando de frío y además, se quedó estupefacta por el detalle que su novio le estaba haciendo.

-Lo siento cariño, solo me duchare y podremos cenar a gusto.

Ella corrió a su baño para darse una ducha rápida en su regadera, sabía bien que Giyuu lo hacía con la intención de regalarle sonrisas como siempre lo hizo en sus días de estudiante de preparatoria.

Al salir de su habitación vestida con una pijama con renos pequeños estampados en toda la tela, se dió cuenta del dulce aroma de los condimentos, el pastel y un vino que están sirviendo Giyuu en dos copas.

La invitó a sentarse para poder disfrutar de la compañia eran casi las 11:00 pm, él día estaba a  punto de terminar y aún no sabía que decir o que hacer.

-Giyuu, ¿Te pasa algo? Te he notado nervioso en toda la cena.

-No...

-¿Seguro?

Era ahora o nunca. Sacó de su pijama la pequeña caja de terciopelo que tenía resguardada desde hace un buen tiempo atrás, al mostrarla la chica no sabía que hacer en ese momento. Si llorar de felicidad o contar lo que debería, se fue más por la otra opción.

-Cariño, agradezco el gestó pero... -Hizo una pausa- No podemos casarnos, me ofreceran un puesto más alto en el laboratorio. Tendré que quedarme aquí.

Tomioka se quedó helado, nunca esperó ésto. Pero, notó como las lágrimas brotaban sobre ella, su voz se quebró con las siguientes palabras.

-Quisiera volver Tokio con mis hermanas, mis papás, mis amigos y contigo mi amor, Tomioka Giyuu tal vez terminando las fiestas debamos terminar.

Esas palabras resonaron tan fuerte en su cabeza que sintió un pinchazo en el pecho. Era su corazón rompiéndose en mil pedazos, no era momento de llorar o lamentarse. No se esperaba lo siguiente.

-Por favor, piénsalo un poco hasta año nuevo Shinobu, podemos llegar a una solución ambos. No te quiero soltar, ya lo hice una vez- Apretó con mucha fuerza sus pequeñas manos de porcelana- Me lamente al grado que Sanemi me metió la paliza de mi vida, pensemos un poco ésto.

Ella asintió dejándose llevar por los besos tan lentos, llenos de caricias y además, amor sinceró.

La noche buena fue una fecha un tanto desgarradora pero, los primeros minutos de Navidad llegaron con mucho amor por parte de ambos. Disfrutarían de lo que pasará estos últimos días.

Tomioka se esmeró tanto en sus caricias que se empezó a desconocer, ya se había arrepentido una vez de dejarla ir, ahora no sería la excepción o, ¿Sí?

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Adoro esta época de la Academia Kimetsu, así que hice lo mejor que pude para el grupo de Facebook GiyuShino Is love, Is live. También es un regaló para LauVxyz1203 gracias por regalarnos tanto. 💕

Esperó se la hayan pasado bien ayer y hoy, les deseó una feliz Navidad y sus deseos se cumplan.

Y qué, ¿Merezco review?

♥ ~ꄲꋊꏂ-ꇙꁝꄲ꓄ ꍌ꒐ꌦ꒤꒤ꇙꁝ꒐ꋊꄲ~ ❤ 🦋🌊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora