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Amistad

Kochō estaba con la persona que le daba la calma que más necesitaba en este mundo y, en el lugar más alejado de los demás cazadores. Estaban ahí porque, Giyuu tenía que decirle algo importante.

-El patrón nos ha asignado una misión a Shinazugawa, Sabito y a mi. Cerca de una semana estaremos de regreso en el pueblo.

-Ya veo- El fingido asombró de la chica no fue tan conveniente para el chico, le molestaba que lo mandaran lejos aunque fueran pocos días, pero tampoco le desagradaba la idea de que fuera solo. Al menos iba con dos personas que él apreciaba- Es bueno que pases más tiempo con Shinazugawa-san. Algún día no muy lejano será mi hermano mayor, tiene que aceptarte.

Desde que Giyuu había pedido permiso al patrón para salir con su compañera pilar, el primero en dar un grito al cielo fue Sanemi ya qué, ahora no evita demostrar cuanto odia al novio de su hermana menor.

-Prometo mandarte un cuervo para avisarte como estaré.

-Si.

Ella se acercó para darle un beso corto, sabía que tenía que darle sus medicamentos que usaría si era atacado por algún demonio. No era la primera vez que salía lastimado en una nueva misión, yendo con ese par que solo se la pasaba peleando dudaba que su novio llegará completo a casa.

Se despidió para poder ir a la finca mariposa y ayudar a sus hermanas a atender a los cazadores heridos.

Después de su día tan ajetreado en la finca, hacer la cena y acompañar a todas en una cálida plática se retiró a su alcoba. Tenía que preparar los medicamentos que se llevaría, además de tener consigo un poco de comida casera hecha por sus manos, le gustaría más que estar comprando comida en el caminó.

-Nee-san, saldré un momento.

-Ten cuidado y saludame a Tomioka-san.

Sabía que lo último lo decía en forma de burla, no le tomó mucha importancia y salio caminando a la residencia donde vivían los pilares. Ella iba a tocar pero eran Sabito y Makomo quienes se encontraban en una pequeña discusión, olvidaron por completó el problema para prestar atención a la chica de un Haori en color blanco. Con sigo tenía una pequeña maleta, sabían bien a quien vería en ese momento.

-Shinobu-san, que sorpresa verte por aquí, Giyuu esta en su habitación.

-Gracias- La chica disimulo un poco con su sonrisa por la reciente pelea de la pareja- Saben, no deberían pelear por idioteces.

La chica siguió su camino dejando a una peculiar pareja confundida, siguió caminando descalza hasta poder deslizar con cuidado la puerta corrediza. Encontrando a un Giyuu arreglando su camisa de cazador, por lo que veía acababa de tomar un baño, la chica se sonrojo por completo al verlo ahí tan concentrado en abrochar los botones de sus mangas.

Su camisa estaba entre abierta, la chica podía sentir una pequeña excitación y él se dió cuenta. Sabían que estaban solos en la casa de los tres pilares, no lo pensaron mucho ya que ya se encontraban besándose.

Ella no tenía ni 5 horas que se habían despedido y ya se encontraban, enredados entre sus brazos. Él buscando la manera de des abrochar su ropa de cazadora, la chica estaba enredando sus piernas a su cintura.

En un abrir y cerrar de ojos, él estaba llenandola por completó. Memorizando sus facciones antes de irse, arañando por completó su espalda escuchando unos cuantos gemidos por parte de él.

-Shinobu...

Su ronca voz la hacia estremecer por completó, erizaba su piel las palabras que derrepente salían de su boca hasta sentir como se corría por completo en su interior.