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Giyuu Tomioka

Empezaba su día y el que no esperaba tan pronto, 8 de febrero. El día de su cumpleaños había llegado, mirando su celular. La primera en felicitarlo era su hermana mayor Tsutako con el fallecimiento de sus padres hace algunos años.

Ella era la primera en felicitarlo junto a su cuñado Kyojuro Rengoku. Ambos se encargaban de hacer una cena especial para el festejado, pero ahora con su relación con su alumna Kochou Shinobu pensaba que sería diferente.

¿No?

Se preparó como todos los días para ir a trabajar, dándose una ducha con agua fría, buscar su uniforme deportivo, desayunar una manzana para caminar con tiempo al pequeño súper mercado que estaba cerca de su casa.

No sin antes checar su teléfono de nuevo, viendo algunos mensajes de sus amigos Sabito y Makomo, pero hubo uno en particular que le llamó la atención.

“Tomioka-sensei, no se le ocurra comprar comida preparada, espereme en el gimnasio”

A veces le desesperaba que la chica le demostrará mucho respetó pero, dentro de la escuela era así, ya cuando acababan las clases ella lo llamaba de forma amorosa o de una forma divertida.

Pasó de largó el Súper mercado para dirigirse a la escuela, para ser exactos estaban a poco de recibir a los alumnos.

Tomioka se dedicó a abrir su Oficina guardando en su casillero sus pertenencias, guardo su celular en su bolsillo para correr al gimnasio y en su sorpresa estaba ahí, su pequeña novia algo inquieta.

Al verlo corrió para abrazarlo un tanto posesiva.

-¡Feliz cumpleaños Giyuu!

Esta vez no usaba el “San”

Para ser exactos estaba cumpliendo 24 años, demasiado jóven para ser un maestro de educación física, la chica le entregó una pequeña caja de almuerzo envuelta en un pedazo de trapo con algunos estampados de mariposa.

Era tan delicado y femenino como ella, Giyuu miro al almuerzo y después a su novia quién se sentía un poco avergonzada por el acto.

Acarició uno de sus mechones púrpuras para llamar su atención depositando un pequeño beso, solo era presión de labios, pero para él era agradecimiento.

La chica se sonrojo por dicho acto.

-Nos vemos después de clases- Se paró de puntas para atrapar su suéter y plantarle otro beso pero, este haciendo que abriera su boca para sentir sus caricias con sus labios.

Ella solo se despidiendo con su mano derecha, él solo se quedó ahí hasta qué, reaccionó para ir caminando a su puesto de siempre. En la entrada puso en un lugar seguro su almuerzo de cumpleaños, poniendo su espada de madera sobre su hombro derecho y empezando su rutina de siempre.

Algunas chicas con extremo maquillaje, fajarse su camisa, prohibido los aretes, teñirse el cabello a negro, abrochar su camisa, etc. Era la rutina diaria de Tomioka-sensei y su estátus de seguir las reglas.

Tocando el primer timbre de la primera hora, cerro el portón para dedicarse a ir a su oficina. Tenía que revisar algunos examenes de teorías que había hecho para sus alumnos del primer año el día anterior.

Encontrándose con su abuelo político, Urokodaki.

-Giyuu, feliz cumpleaños.

El hombre de avanzada edad le entregaba un pequeño obsequio.

-Gracias abuelo, para ser sincero el día esta yendo demasiado bien.

-Giyuu, recuerdas que en estas fechas de niño odiabas tu cumpleaños- Él solo asintió- Es hora de que dejes de pensar en los demás y buscar tu felicidad. Esperó te guste mi regaló.