15. Durante la tormenta

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《Fuertes vientos del sureste alertan al servicio meteorológico, por posibles sudestadas durante la noche. Prevén que el caudal del río crecerá peligrosamente, provocando severas inundaciones. Se alerta a los vecinos de la comunidad, a permanecer en sus casas y que tomen las medidas necesarias para mantenerse a salvo.》

Miguel se preocupó al leer el mensaje que una de sus compañeras, había enviado al grupo de WhatsApp de la editorial. Aunque aún no comenzaba a llover en donde estaba, sabía que la tormenta no tardaría mucho en llegar. Su pueblo iba a ser el más castigado de la zona por el temporal y preocupado, había llamado a sus padres. Aunque la madre le aseguró que estaban bien, no se quedó muy tranquilo. Después llamó a Roby, pero la operadora le informó que la línea se encontraba fuera de la red de cobertura y tuvo que conformarse con dejarle un par de mensajes y esperar que respondiera, para poder hablar sobre los siguientes pasos de la investigación.

Horas antes había estado en la agencia inmobiliaria, pero el hombre que lo atendió, no quiso brindarle mucha información sobre los dueños y solo le pidió un número de contacto, para hacerle saber si ellos estaban de acuerdo con la "falsa oferta" que él había hecho. Ahora solo le quedaba ir a la antigua residencia Miller y preguntar a los vecinos, si alguno de ellos se acordaba de la familia.

Pensando en qué iba a decir, cuando le preguntaran las razones de su interés, tuvo un acceso de inspiración, y apartando a los Miller de su mente, encendió su laptop y abrió el archivo en donde guardaba el último relato que tenía en proceso. Su caprichosa musa tenía la manía de visitarlo, en los momentos menos oportunos de su vida.

En ese mismo lapso de tiempo, mientras Miguel escribía, a varios kilómetros de distancia, Roby se encontraba sentado a la mesa de las hermanas Álvarez, usando la ropa vieja del hermano mayor de ellas y tratando de imaginar que era lo que cruzaba por la mente de su compañera, mientras merendaban. Paula apenas si se atrevía a mirarlo a los ojos, después del beso que habían compartido y solo esperaba que las cosas entre ellos, no se pusieran "raras" en el futuro porque realmente sentía, que ella era la indicada para volver a entregar su corazón.

Fuera de esa ligera incertidumbre, estaba mejor porque había recobrado el calor corporal y disfrutaba de la merienda que Maya había les preparado. También le complacía que fuera una muchacha alegre y parlanchina, porque su parloteo hacía menos denso el ambiente. Aunque algunas de sus preguntas lo incomodaron un poco, más que nada cuando le preguntó si estaba en pareja.

—No seas desubicada —intervino Paula, sin disimular su enfado.

—Perdón, Roby. Es que soy muy curiosa.

—Sos muy chusma, diría yo —agregó Paula.

Un ligero rubor coloreó el rostro de Maya y avergonzada, comenzó a juntar las tazas sucias. Quería que la tierra se la tragara y la escupiera lejos de allí. En un lugar en donde la mirada fulminante de su hermana, no pudiera alcanzarla.

—Gracias por todo, Maya —le dijo Roby al notar el bochorno en la joven.

—Fue un placer.

Poniéndose de pie, Roby se despidió de Paula, quería irse antes de que la lluvia inundara las calles haciendo imposible el tránsito. Paula lo acompañó a la puerta, y en el umbral ambos se miraron sin saber qué decirse. Hasta que él decidió ser directo.

— ¿Estamos bien después del beso?

—Por supuesto que sí.

—Cuídate mucho, y avísame cualquier cosa que pase.

—Vos también cuídate, Roby. Estoy segura de que este tipo no está solo. Sabe que lo estamos "cazando" y buscará deshacerse de nosotros.

—Lo sé, pero seguimos en lo mismo y no sé si Miguel haya averiguado algo más. Encima mi móvil se quedó sin batería. Voy a llamarlo apenas llegue a casa.

Lux In Tenebris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora