Había pasado una semana desde que salió del hospital y debido a la lesión en su pierna, no podía subir las escaleras y como el ascensor de su edificio se averiaba constantemente, tuvo que mudarse con su abuelo hasta que pudiera caminar sin la ayuda de la muleta.
A las diez de la mañana Roby, decidió que ya había tenido suficiente reposo y tardó varios minutos en conseguir levantarse de la cama, sin forzar demasiado sus lesiones. Vestirse solo fue todo un triunfo, que en otra ocasión hubiera celebrado, pero no estaba del mejor humor.
Llegando al comedor se dio cuenta de que estaba solo, imaginó que el abuelo había salido de compras y aprovechó el momento para salir a fumar. En presencia de Armino no podía hacerlo sin ganarse una buena reprimenda.
La madera del portón estaba hinchada por la humedad y a Roby le costó bastante conseguir abrirlo. De no ser por la herida en la pierna, que últimamente le estaba dando algunos inconvenientes y el cabestrillo que le inmovilizaba el brazo, lo habría trepado tal como hacía en la adolescencia, para escapar en medio de la noche.
Aquella era una mañana silenciosa de finales de otoño, el cielo tenía un color plomizo y el sol parecía una esfera nacarada semi oculta entre las nubes. Roby apartó los ojos del firmamento y encendió el cigarrillo. La primera calada le revolvió el estómago y recordó la primera vez que fumó. Fue durante una tarde cualquiera, apenas había cumplido los catorce años, una edad que él consideraba suficiente para experimentar, y luego de robarle un par de cigarrillos a su abuelo, había pasado a buscar a Miguel por su casa. El cementerio fue el lugar que creyeron sería el más discreto y después de casi morir ahogados por el humo, decidieron que nunca en la vida volverían a fumar. El recuerdo de la promesa incumplida, lo hizo sonreír y tratando de sobreponerse a las náuseas, esperó unos instantes antes de volver a intentarlo y mientras se entretuvo mirando a su alrededor.
La calle en donde solía jugar al fútbol con sus amigos, estaba un poco más descuidada y dudaba que los hijos pequeños de los vecinos, la usaran como "cancha" nuevamente. Tampoco imaginaba que las niñas jugaran a la Rayuela en las veredas o a saltar la cuerda. Los tiempos habían cambiado, como era lógico, y las nuevas generaciones solo se limitaban a los placeres tecnológicos, algo con lo que no estaba muy de acuerdo.
Roby bajó la mirada hacia sus pies y notó que en la vereda de su abuelo, faltaban algunas baldosas y en los huecos llenos del agua de lluvia, un par de gorriones estaban bañándose muy a gusto sin importarles su presencia. Repentinamente, los pajaritos levantaron vuelo como si algo los hubiera espantado y unos segundos después escuchó un áspero ronroneo felino.
Se trataba de Suertudo, el viejo gato atigrado de Doña Alcira, la vecina cascarrabias. Lo imaginaba muerto, porque tenía una buena cantidad de años, sin embargo allí estaba, afilándose las uñas en el tronco del castaño. Ver al gato, hizo que pensara en Carbonilla y se preguntó en dónde estaría. Paula y su hermana, llevaban días buscándolo y no habían señales de él.
—¿Qué estás haciendo afuera?
Sonrió al oír la voz de Paula detrás suyo y olvidando sus limitaciones volteó hacia ella, demasiado rápido. Acción que casi le provoca una brutal caída, de no haber sido porque Paula consiguió sostenerlo.
—No deberías estar levantado, y mucho menos fumando.
—Buenos días —sonrió galante —. Gracias por ser mi caballero de la armadura brillante.
—Al menos hoy estás de buen humor.
—Estaba de malas hasta que te vi.
Roby se sintió culpable, por la forma en que la había tratado días atrás. Él no quería hablar del incidente con un psicólogo, como le habían recomendado en el hospital y Paula le había insistido tanto que terminó por correrla de la casa. Desde entonces no habían vuelto a verse y estaba contento de que ella estuviera allí con él.
ESTÁS LEYENDO
Lux In Tenebris
Mystery / ThrillerUna fiesta de cumpleaños infantil que termina en tragedia, sacude tranquilidad de una pequeña ciudad, y el oficial de la policía Roby Valente siente que es su obligación encontrar al asesino, que ocultando su identidad bajo un disfraz de payaso. fue...