17. Despertar

2 1 0
                                    

Las horas seguían pasando muy lentas, y otra vez había vuelto a llover. Paula, se encontraba en la cafetería frente al hospital y había elegido sentarse en la misma mesa que ocuparon con Roby, la última vez que estuvieron allí.

Mientras esperaba por Miguel, no dejaba de observar la silla vacía enfrente suyo, y de recordar esa tarde en la que Roby tomó su mano y por primera vez la miró como a una mujer y no como a un camarada. En ese instante, en el que sus dedos se entrelazaron, ella sintió que era capaz de seguirlo al mismo infierno, si él se lo pedía.

Quería verlo, volver a besarlo y decirle todas esas cosas que tenía anudadas en la garganta. No soportaba la idea de perderlo y aunque luchaba por mantenerse fuerte, por dentro su corazón se estaba ahogando en un río de tristeza.

—Perdón por la tardanza, me quedé charlando un rato con Armino, cuando lo llevé a su casa. Pobre, está devastado. Bueno, todos lo estamos —se excusó Miguel.

—No te preocupes y me alegro de que lo hayas convencido de irse a descansar.

—Es un tipo fuerte, cuando éramos chicos siempre lo veíamos como si fuera Superman y queríamos ser como él —sonrió —. Pero, ahora está viejo y vulnerable, además Roby es todo lo que tiene en el mundo.

—Lo sé. Solo quiero que Roby despierte.

—En un par de días, lo vamos a tener de nuevo molestando con sus ocurrencias.

— ¿Qué averiguaste sobre los Miller?

—De Fátima supe que se convirtió en actriz, cuando se mudó a Madrid y que ahora se hace llamar Lara Moon —sacó el móvil de su bolsillo y le enseñó algunos screenshot sobre noticias relacionadas con ella—. Un colega madrileño, me dijo que la ex Fátima había conseguido un papel importante en una producción hollywoodense, pero que nunca llegó a Los Ángeles y que nadie, ni siquiera su mánager tiene idea de en dónde pueda estar. Sin embargo, eso no es todo, después de la desaparición, salieron a la luz un montón de datos fehacientes que la implican, en actos delictivos como estafas monetarias y prostitución de menores.

—Toda una "fichita" —expresó Paula después de leer las noticias — ¿Y de Antonio?

--Ese es otro personaje —hizo una pausa para pedirle un café a la moza —. Hablé con unas vecinas de los Miller y dicen que Antonio, o Tony, como le decían, de niño ya era un poco raro. Retraído y poco sociable. Nunca se adaptó a la nueva familia y varias veces atacó físicamente a la hermana. Por esa razón los Miller, decidieron llevarlo con un psicólogo y en vez de mejorar, terminó empeorando y tuvieron internarlo en un hospital psiquiátrico. Tengo la dirección del lugar y pienso ir cuando Roby mejore.

—Supongamos que el trauma de la muerte del bebé lo volvió loco y agresivo y por eso quería matar a la hermana, hasta ahí lo entiendo. Lo que no me cierra es la matanza de los nenes. 

—Esa parte tampoco la entiendo.

— ¿Será el asesino?

—No lo sé —Miguel se encogió de hombros.

—Solo espero que el tipo que atacó a Roby, no se muera y podamos saber quién es.

—Cuando Roby despierte, voy a retomar mi investigación y pienso viajar para ver si puedo averiguar algo más. Pero, por el momento no quiero dejar solo a Armino.

—¿Has contemplado la idea de que Miller todavía esté internado en ese manicomio?

—Es una de las tantas posibilidades, pero también confío en el instinto de Roby. De todos modos seguimos atando cabos y la verdad es que no hemos avanzado mucho.

Lux In Tenebris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora