CAPITULO 12

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"¡No te rindas!"

"¡Levántate!"

"¡Eres mi héroe!"

Su mirada estaba fija en el sol que cubría su rostro, al mirarlo esas palabras pasaban una y otra vez por su cabeza, una lágrima cayó por su mejilla mientras se levantaba, con la fuerza que le quedaba derribo a aquel sujeto, quito la flecha que tenía en el pecho y comenzó a restaurar la parte de su cuerpo ahora gravemente herida.

La gente comenzaba a reunirse para ver lo que había ocurrido, tomando su respectiva distancia, a lo lejos los demás se preguntaban porque ese grupo de personas estaban reunidas, los 5 también notaron eso y fueron corriendo a ver lo sucedido.

Cuando llegaron vieron como la general esposaba al sujeto y lo subía a la camioneta, se acercaron a ella viendo como alrededor de su herida había un tipo de magia cubriéndola.

—Cambio de planes, tengo que llevarlo con Daniel antes de que me vuelva loca con el.

—¿Estás bien, Zoë?

—Si, sube.

—Ya la oyeron, subamos.

—No pienso ir al lado de ese tipo.

—Lo tengo bajo control, sube o te dejo aquí.

Todos subieron a la camioneta y comenzaron su camino de vuelta, Katerina no le quitaba el ojo de encima a quien estaba al lado de el, Boris de vez en cuando la trataba de tranquilizar poniendo su mano en su hombro, sin embargo no cambiaba nada de su pose. Los demás solo miraban por su ventana, viendo el paisaje que había al otro lado.

Cuando llegaron Tara fue la primera en verlos e ir, se sorprendió cuando vio que la general llevaba a un amigo con ella.

—¿Porqué el viene contigo?

—Me intento matar.

—Estúpido, sabes que no puedes hacerle nada si te acercas.

—Lo tengo claro, gracias.

—¿Dónde está Daniel?

—Abajo con Nicolai, sigue revisando los daños de tus calabozos.

—Gracias, ustedes, ayuden a los demás.

Asintiendo fueron con los demás como lo había dicho la general, Tara acompaño a Zoë con el mariscal, sabía que podía pasar si la dejaba sola con ese tipo tratando de convencer al mariscal.
Una vez abajo, el mariscal miro con desaprobación a Zoë, esperando una respuesta del porque estaba ahí con el sujeto.

—Me atacó, ¿Puedo matarlo?

—Pensaba que a los que te atacaban los dejabas aquí.

—Pero a el quiero matarlo, ¿Puedo?

—No, encierralo.

—¿Puedo torturarlo?, lo mataré después.

—Zoë.

—¿Qué?

—Dije no.

—Lo haré cuando no estés.

El mariscal solo soltó un suspiro y siguió con lo que estaba haciendo, la general encerró a el sujeto en un lugar que aún se mantenía en pie, no sin antes amenazarlo con un, "Haces algo y te mato", giro y volvió por dónde había venido, subió a su oficina y se perdió en su papeleo de diario.

En la noche, el mariscal le dió una visita, cuando lo vio entrar dejo sus papeles de lado y le puso atención a lo que iba a decir.

—¿Porqué lo quieres matar?

Abyss war (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora