CAPITULO 20

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-Tomen un arco -La general señaló a una mesa que tenía distintas armas, las necesarias para cada uno.

-Disculpe general, la verdad es que yo nunca fui bueno con el arco -Dijo Kyo un poco apenado.

-Lo sé, pero me temo que es lo único que puedes usar ahora.

-Te ayudaré una vez regresemos, ¿De acuerdo? -Se acercó Viktor a Kyo, le dió una sonrisa para apoyarlo, y así fue.

Todos tomaron un arco y un carcaj, a excepción de la general. Apuntaron la primera flecha y dispararon, al ser muchas abejas todas dieron en el blanco.
Así pasaron varios minutos hasta que se terminaron las flechas y el número de abejas disminuía.

La general ordenó traer más flechas para los demás, ella se acercaría a lo que parecía un panal gigante. Antes no podía verlo por la cantidad de abejas que impedían su visión, pero mientras fueron cayendo tenía más claro se lo que se trataba.

Desde que comenzaron esas caserías no había encontrado una parecida, dió por hecho que ese era el lugar de donde había comenzado la plaga y se dispuso a eliminarlo de una vez por todas para así, no tener que salir una vez al año a lidiar con ellas.

Mientras caminaba al lugar disparaba flechas a su alrededor para ayudar a los otros que se habían quedado atrás, por órdenes suyas. El mariscal la siguió sin importarle lo que había dicho, pero no aceleró el paso hasta que la general abrió una entrada al lugar.

-Te dije que te quedaras.

-Lo hubiera hecho, pero no puedo dejar que vayas sola.

-Esto no es difícil, regresa.

-Te recuerdo que soy tu superior.

-Y yo te recuerdo que yo decido quien es el mariscal, puedo quitarte ese título cuando se me plazca, cariño -Dijo lo último con una sonrisa en su rostro, sabiendo que el mariscal no podía decir nada para contradecirla.

Ambos entraron al lugar, estaba hueco, en las paredes se miraban unas especies de larvas. En el centro del lugar había un enorme hueco al que no se veía un fondo, de el salían más abejas, no demasiadas ni en tan poco tiempo, pero aún así eso le daba una sospecha a la general.

-Voy a bajar, tú, regresa.

-Si, claro, como si lo fuera a hacer.

-No pienso bajar contigo.

-Que casualidad, yo tampoco.

-¿Entonces como piensas bajar?

-Ya lo verás.

La general solo frunció el seño y procedió a saltar a el inmenso agujero frente a ella. Antes de tocar el suelo utilizo un poco de su poder para crear una superficie dónde caer bien, y así fue, no necesito demasiado para eso.

Antes de que pudiera revisar que había ahí, oyó un ruido arriba, volteó su mirada y vió como el mariscal se había lanzado. Rápidamente lo atrapó usando de nuevo un poco de sus poderes y tirandolo al suelo después de ello.

-Eres un idiota.

-Lo sé -Dijo el mariscal adolorido por el golpe que acababa de recibir.

El mariscal se levantó y siguió a la general que ya había comenzado a caminar. El lugar en donde estaban tenía más luz de lo que imaginaron, eso por el brilloso dorado que había alrededor.

Después de caminar un rato por lo que parecía un laberinto llegaron a su destino. Frente a ellos había un trono rodeado de miel, detrás del el había otra salida, mucho más estrecha que por la que habían entrado.

Abyss war (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora