Capítulo 10 parte dos. Solo un beso

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Capítulo 10 parte dos. Solo un beso

-Estas demasiado silenciosa - Ignacio aparta la vista del camino.

No estoy segura que quiere que diga. Desde que arrancó el auto, hace aproximadamente diez minutos, lo único que hago es mirar por la ventanilla. Me doy cuenta de todos los lugares que no conozco de esta ciudad. Estuve tan encerrada dentro de mi muy retorcida mente que ahora entiendo que nunca fui más lejos que la escuela. Maite a veces insiste en arrastrarme con ella a algún que otro lado pero siempre invento una excusa, especialmente desde la fiesta en la casa de Ulises. No cambie de opinión sobre ella ni nada. Realmente pienso que es una buena persona y es la única razón por la que la aguanto hablar todo el almuerzo sobre el nuevo lugar de moda, o la lencería que compro para impresionar a su casi novio, ya que Ulises no da señales de querer estar con ella más allá del sexo. Sin embargo, viendo todo esto, tal vez debería empezar a acompañarla de vez en cuando.

Esta oscuro pero pude divisar la biblioteca en la primera avenida ¡Es enorme! Una biblioteca significa diez veces más para mí que una iglesia siquiera. Es mi propio templo personal, puedo perderme horas maravillada por las páginas de un libro, su olor, sus secretos. No puedo creer que nunca haya venido. Dos cuadras más hay un café bastante chiquito que se dedica a hacer comidas de la Patagonia. Definitivamente quiero ir ahí. Debe haber postres con chocolate de sobra, tal vez hasta mi flojo apetito no se pueda resistir a eso. Hay palmeras que bordean la calle, un monumento del general Manuel Belgrano rodeado de alegrías del hogar en una plaza de barrio solitaria. De repente me siento abrumada por la belleza de este lugar. Tan triste y solitario como yo, tan vivo y lleno de alma como la misma Maite. No estoy segura que pertenezca a este lugar, pero a la vez nunca supe donde realmente pertenezco. No estaba mejor con mamá en casa, en mi antigua ciudad con mis viejos amigos, en esos pasillos del colegio.

Ignacio nota mi nostalgia y me da un apretón en la rodilla, sacándome de la nube en donde me encuentro.

-No soy muy bulliciosa aunque no lo creas, salvo cuando peleo con vos creo- se me escapa una media sonrisa. El sigue manejando pero sé que está pensando con que reprenderme. Odia no tener la última palabra. Lo sé porque lo odio también. Somos ambos más tercos de lo que realmente creemos.

-Si no fueras tan caprichosa…-deja el comentario en el aire burlándose de mí obviamente

-Si no fueras tan terco…-contesto imitándolo. El sonríe y dobla en una avenida llena de árboles iluminados. Tienen luces de navidad en ellos como si fuera 24 de diciembre. Hay gente corriendo en la senda peatonal a pesar de que ya es tarde, aunque de nuevo, es viernes. Las personas salen, se divierten, hacen planes. No me va a matar tratar de seguir el ritmo de alguien normal y no quedar mirando discovery channel hasta dormirme.

-Por cierto ¿Por qué Sebastián no vino con nosotros? - pregunto tratando de mantener viva la comunicación.

-Sus “amigas” lo pasaban a buscar -cuando dice amigas hace el gesto de las comillas para que se entienda la ironía- él es bastante popular con las chicas por si no te diste cuenta. Me gustaría decir que yo le enseñe un par de trucos, pero la verdad es que es un artista nato- me guiña el ojo con picardía.

Suspiro. El ego no es un problema con estos chicos.

-Vos también sos popular con las chicas-admito muy a mi pesar- no las tenes a todas siguiéndote porque saben que Miss baywacth puede cometer asesinato.

-Otra vez ese nombre, se va a morir de la risa cuando le diga

-¡No le digas! ¿Estás loco? Me va a odiar más de lo que ya lo hace -confeso mortificada.

-Eyy, Barbie no odia a nadie hermanita. Puede ser un poco…

-¿Bruja?- completo la frase. No sé porque lo digo, simplemente la palabra salió de mi boca sin filtro. Ignacio me mira con simpatía, no hay enojo ni ira en sus ojos. Me está empezando a gustar la facilidad con que lo puedo leer ahora. Es tan sencillo, sin secretos o mentiras. Solo transparencia. Y moriría antes de reconocerlo en voz alta, pero empiezo a pensar que tal vez tenga razón sobre todo. Tal vez este chico sea la mejor persona que conozco.

DespertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora