Capitulo 16 parte uno Si estas alas pudieran volar...

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-¿Y? ¿Qué más? Conta todo

-Te acabo de contar todo- Maite me mira incrédula.

-¿Estás diciendo que dormiste con él en su cama y no hiciste nada?- Habla tan fuerte que estoy segura que la mitad de los alumnos que está almorzando acaba de escucharla. Aunque admito que no necesita hablar fuerte para llamar la atención. Siempre es el centro de atención. Desde su vestimenta puramente negra y estilizada, su pelo rubio atado en una trenza muy intricada (la cual no puedo aprender a hacer ni con el video más detallado de YouTube) y sus anteojos oscuros para tapar las ojeras del fin de semana terrible que sé que tuvo, todo en ella dice “mírame”. Tal vez, justo el día de hoy, no sea su máximo objetivo. No va a admitirlo, pero sé que es un día difícil para ella. Aprendí a verla como realmente es, ni tan superficial ni tan chismosa como los demás creen. Enamoradiza, impredecible y completamente irracional a veces. Su corazón dicta todas sus decisiones. Algo que, aprendí recientemente, puede ser terriblemente bueno o muy, muy malo.

-Al parecer soy más patética de lo creo, pero no, no hice nada. Honestamente como que ni se me ocurrió tampoco ¿Qué iba a hacer? ¿Atacarlo mientras dormía?- en mi mente, sonaba sensato. Ahora me preguntaba si Ignacio habría estado esperando que dé el primer paso. Aunque conociéndolo, si hubiera querido hacer algo, probablemente lo hubiera hecho. No es de las personas que pide permiso. Tampoco se destaca por su timidez. Es un huracán que lleva todo lo que hay a su paso.

-¿Quién dijo que es el hombre el que tiene que dar el primer paso? ¡Obvio que tendrías que haberlo despertarlo! ¿Dónde está tu diosa interior?

-Más que una diosa, siento que una mujer cuarentona y soltera con cincuenta gatos vive en mi interior-Maite ríe. Por primera vez hoy. Anoto un punto para mí. No me gusta ver a mi única amiga deprimida por un idiota.

-Sos hermosa, por algo no te saca los ojos de encima ¿Por qué tanta inseguridad de golpe?

-Soy así, un caso perdido- suspiro- Además que ya viste lo que es Miss Perfección. Ella parece ir mejor con Ignacio que yo. Ambas sabemos que es cierto.

No puedo creer que acabo de admitir eso. Pero es la pura verdad. Bárbara es alta, flaca y perfecta. Tiene un esplendor y brillo que hace que todo el mundo se de vuelta a verla. Esa es la clase de chica que veo acompañando a Ignacio, por más que odie pensarlo así. Tan perfecta como el, tan vistosa como él.

Tan lejos de lo que soy yo.

-Juro que hay veces que te arrancaría la cabeza Roma ¿Cómo es que la arregla locos no logró nada con vos?- ríe. Ya casi no hay secretos entre nosotras. Tuve que hacerlo. No se puede tener un amigo y no ser honesto con él. Ese es mi regalo para Maite, mi sinceridad y confianza a nuestra amistad. Tengo que reconocer que se siente una carga menos. Es diez veces más fácil cuando tenes a alguien a quien recurrir, alguien que no piensa que lo que sentís es una ridiculez, alguien que no juzga. Si ella había revelado todas sus angustias y verdades a mí, tenía que corresponder a eso. Es una grata sorpresa nuestra amistad. Me llena de paz. Algo que no tengo desde hace mucho tiempo.

-Ni me hables. Mañana tengo que verla de nuevo. Es la hora más larga de mi día, creeme. Pero papá piensa que estoy mejor gracias a ella, y con tal de no verlo con su expresión de preocupación por cada paso que doy, creo que mejor hacerlo feliz e ir sin resistencia.

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