Feral | Quacknap

Capítulo Dieciséis

— ¿Cómo...? — el pelinegro de ojos negros no daba crédito a lo que acababa de escuchar de la boca del castaño de lentes y ojo verde, esperando que las palabras que había escuchado con anterioridad se trataran de nada más que una alucinación.

Lamentablemente ese no era el caso.

— Wilbur de la carrera de Música tomó mi celular antes de que pudiera eliminar el vídeo — la mirada de Charlie fue directo al suelo, moviendo uno de sus pies mientras esperaba los gritos enfurecidos del mexicano, porque le había fallado y probablemente estaría muy decepcionado de él — Él tiene el vídeo ahora.

Quackity se quedó sin palabras, intentando asimilar lo que escuchaba antes de darse cuenta de que se encontraban en medio de un pasillo, con un par de estudiantes que podrían escuchar su conversación. No tuvo de otra opción más que tomar el brazo aparentemente sano del contrario, tirando de este para llevarlo a un lugar un poco más seguro de hablar.

Tardaron un poco en alejarse de los demás ante la dificultad del más joven de poder trasladarse en su estado, pero una vez estuvieron a solas, el mayor pudo tener el silencio suficiente como para pensar en las cosas que podrían ocurrir ahora que el británico de ojos cafés tenía bajo su poder dicho vídeo.

— Espera, ¿Tomó tu celular antes de que tuvieras tiempo de eliminar el vídeo? — Quackity analizó las palabras del contrario, recibiendo un asentimiento casi al instante como respuesta a su pregunta — Charlie, ¡Eso fue hace meses! ¡¿Me estás diciendo que durante todo este tiempo, Wilbur ha tenido ese vídeo?! — estaba alterado, claro que lo estaba, aquellas no eran buenas noticias en absoluto.

— ¡No tuve manera de poder avisarte! — el más joven tembló, no estaba asustado por el mexicano, por alguna razón sabía que no sería capaz de hacerle daño; sin embargo, los recuerdos de aquel momento azotan su mente, y no son recuerdos muy gratos de tener en la mente — Estuve internado en el hospital por unos meses y luego en casa, te llame, pero me ignoraste.

Quackity no creyó que se trataría de algo tan importante como aquello, de lo contrario hubiera acudido a él inmediatamente para informarse de todo. Suspiró para intentar tranquilizarse, pasando sus manos por su rostro mientras pensaba en la nueva situación en la que se encontraba ahora que el británico poseía algo que podía acabar con todo en cuestión de segundos.

— Él... no parecía muy contento cuando vio el vídeo — luego de un breve silencio, el chico de mechones verdes decidió continuar — No pude escuchar muy bien lo que dijo porque sus amigos me estaban golpeando, pero estoy seguro de que aseguró que arruinaría la vida de Nick de la carrera de Ciencias de la Computación — el castaño casi rubio esperaba que pudiera ser útil en algo al menos, deseaba ayudar a como diera lugar luego de haber perdido su celular — Él no te quiere con nadie más que no sea él.

— ¿Qué mierda tengo yo para que de pronto esté tan obsesionado de mí? — el mayor bufó, pues a fin de cuentas Wilbur no había estado haciendo más que joderle la paciencia esos últimos meses, y parecía estar empeorando cada vez más.

— Él siempre ha estado obsesionado por ti, eso no es nada nuevo — Charlie admite algo que es bastante claro para él, pero de lo que el pelinegro parece estar enterándose recién — Todos saben eso, pero quizás es culpa de su adicción que su obsesión haya empeorado... — el de iris verde parece meditar en sus palabras, estando seguro de que esa sería la razón principal — Eso y el hecho de que te haya visto estar con Nick justamente...

El más joven calla de pronto, tal vez ha dicho algo que no deba, y eso sólo hace que la curiosidad del mexicano crezca. Se estaba comenzando a cansar del hecho de que todos parecían conocer algo de lo que él no era consciente, como si fuera algo muy claro, pero que a sus ojos fuera difuso.