Epílogo

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Los ojos azules del hombre de aproximadamente 29 años de edad observaron todo alrededor, fijándose en los rostros de todos aquellos que salían de la zona de equipaje, en busca de alguien en específico que debía de salir por la misma puerta. Suspiró mientras se cruzaba de brazos y desviaba su mirada a otro lado, notando como su mejor amigo se encontraba sentado a un lado suya, moviendo su pierna frenéticamente al sentirse ansioso y con sus ojos verdes en busca de alguna cara conocida.

Oigan, ¿Pueden ustedes dos tranquilizarse por unos minutos? — cierto mexicano de ya aproximadamente 30 años de edad se quejó detrás de ambos, estando de pie mientras en su mano hay una bebida achocolatada en un cartón, una que había decidido comprar en una de las tiendas que había dentro del mismo aeropuerto donde se encontraban — Intento disfrutar de mi bebida jodidamente cara porque las tiendas del aeropuerto venden todo realmente costoso y ustedes no me dejan.

¿Acaso te estamos sujetando de un brazo para que no la disfrutes, Alex? — el de ojos azules entrecerró sus ojos mientras observaba al hombre tras suya, admirando como algunos de los mechones de su cabello algo largo caían de su gorro, vistiendo con una camiseta un poco más grande de su talla y trayendo consigo unos zapatos crocs que no iban para nada con el estilo elegante que un abogado debe tener.

No, Nick — dijo con ironía el mexicano — Pero has estado mirando de un lado a otro como si fueras un ventilador y Dream no deja de mover su pierna desde que veníamos en el auto — escupió con molestia el más bajo de los tres, dando un sorbo desinteresado a su bebida.

¿Y entonces por qué no te quedaste en el auto si no querías esperar con nosotros? — recriminó el texano mientras pasaba una mano por su cabello algo corto, sintiendo el sudor de su frente debido a las altas temperaturas de ese día y por la aglomeración de personas en ese lugar.

¡¿Acaso quieres que me muera con el sol que hace el día de hoy?! — exclamó el mexicano, llamando inevitablemente la atención de algunas personas que pasaban por su lado; sus ojos oscuros fulminaron al más joven de vestimenta no tan diferente a aquella que utilizaba años atrás cuando se conocieron, puesto que como respuesta Nick sacó su lengua reluciendo su piercing plateado, haciendo un pequeño sonido de burla que provocó que un jadeo ofendido del mexicano se escuchara.

Y ambos menores pudieron disponerse a tener una discusión en medio del aeropuerto; sin embargo, el rubio de ojos verdes de aproximadamente 30 años de edad se colocó de pie abruptamente, anunciando la llegada de la persona que esperaban y procediendo entonces los tres a acercarse a quien habían estado esperando durante todo ese tiempo, aunque el texano fue quien tomó la delantera y aceleró el paso, acabando por correr mientras gritaba el nombre de aquel hombre castaño y abría sus brazos para así lanzarse a abrazarlo.

Quackity sonrió ligeramente mientras se acercaba a paso moderado a ambos, con Dream justo a su lado avanzando quizás algo temeroso o nervioso.

Con un poco de dificultad, el castaño logró atrapar a Nick, riendo con fuerza mientras correspondía igual de cariñoso el abrazo imprevisto que se le fue dado, dejando de lado sus dos maletas para así llenar su olfato del olor característico de uno de sus mejores amigos, el cual no ha podido ver desde hace 8 años.

¡Amigo, te juro que llevamos una eternidad esperándote! — Nick se separó del abrazo para así tomarlo por los hombros y sacudirlo ligeramente, obteniendo como respuesta que el castaño también le tomara los hombros y le sacudiera, luciendo como unos niños pequeños haciendo tonterías — ¿Qué te tomó tanto tiempo? ¿Te quisieron robar la maleta? — cuando ambos se alejaron finalmente, los ojos azules del castaño se fijaron en los oscuros del mexicano, ambos dando un pequeño asentimiento a modo de saludo antes de acercarse y estrechar sus manos, acabando en un pequeño abrazo amistoso que no duró demasiado, pero que plasmó sonrisas en sus rostros.

Feral | QuacknapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora