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En las profundidades del océano, más allá de los arrecifes y de las barreras de coral, nos sumergimos hasta un lugar donde no toca la luz. Más allá de todo lo apenas visto y recorrido, un gran mundo oculto en la obscuridad.

Entre las desconocidas sombras de aquel sitio, un ser magnifico en su totalidad despierta de un largo y pesado sueño que lo privó por un rato de las maravillas que estaba a punto de observar. Katsuki abre sus ojos con pesadez, sintiendo todo su cuerpo entumecido en dolor. La piel le arde al más simple roce, la cabeza le da vueltas y todo el cuerpo le pesa, como si en lugar de sus huesos estuviese cargando una roca del doble de su tamaño.

Una luz se atraviesa a su visión. Es tenue, casi imperceptible, o eso es lo que ve dado a su falta de percepción. Pero la luz toma potencia a medida que la conciencia le regresa poco a poco. Escucha murmullos a la lejanía, por lo que intenta tomar asiento en su posición, siendo esto un gran desafío, pero no imposible.

- no deberías sobre esforzarte de esa manera, así sólo empeorara tu estado y tomará más tiempo del debido que te recuperes – dijo una voz a pocos metros por delante, acercándose cada vez más, hasta que un hombre de apariencia cansada y unas algas extrañas alrededor de su cuello se dio a notar

Sus palabras fueron cortantes y secas, dichas con una voz tan gruesa que causó escalofríos en todo su cuerpo.

- ¿quien- su pregunta fue cortada por un repentino dolor que atacó el lado izquierdo de su abdomen, obligándolo a sujetarse de ese lugar para tratar de apaciguar el dolor
 
- acabo de decirte lo que no debes hacer, ¿es que los golpes te dejaron sordo? – refunfuñaba luego de un suspiro pesado, parecía que hablaba con una piedra – tus heridas son graves, en especial la de tu aleta, no te muevas o se abrirán – decía con calma mientras se posaba a un lado del blondo y trataba de apartarle el brazo – déjame ver, tengo que tratarte correctamente, pero no puedo con tu brazo estorbándome

- ¿dolerá? – preguntó dudoso, mirando con desconfianza aquella extraña pasta que llevaba en sus manos

- tal vez, pero se ve que eres alguien capaz de soportar algo de dolor ¿o me equivoco? – realizó esa pregunta con una mirada retadora

Katsuki hizo el amague de hablar, pero prefirió no decir nada y sólo apartar el brazo. Dolió, claro que sí, pero mientras la zona era acariciada con aquella pasta el dolor se minimizaba. Sin embargo no desaparecía.

- tendrás que guardar reposo un tiempo, a medida que vayas recuperando fuerzas podrás moverte con mayor facilidad. Entre tanto serás vigilado para evitar que cometas alguna estupidez como la que intentaste hace un momento  

- ¿vigilado?

- así es, vigilado. En todo momento tendrás a alguien junto a ti que se asegure de que estas comiendo bien, que ingieras tus medicamentos, que tus vendas sean cambiadas adecuadamente y tus heridas tratadas como se debe hasta que puedas nadar de nuevo

- ¿cómo..? ¿Nadar de nuevo?

- no se si eres ignorante a tal dolor o lo que sea, cualquiera lo sentiría al recibir una mordida tan potente como la que tú recibiste. Tienes suerte de que no te arrancara la aleta entera y de que yo llegara a tiempo o estarías muerto para este punto – se acercó hasta las mantas que cubrían toda la extensión de su cola, revelando así que esta contaba con un extenso vendaje manchado con sangre en algunas partes – tuvimos que saturar muchas partes, te encajó los dientes con demasiada fuerza hasta casi atravesaste. Agradecemos a los dioses que fue tu aleta y no tu pecho o tu cabeza, eso habría sido más difícil de salvar 

- y…¿podré…?

- te lo dije antes, sólo necesitas descansar y no esforzar demasiado tu cuerpo, poco a poco irás mejorando – posó una mano sobre sus alborotados cabellos, brindándole una sonrisa que resultó reconfortante para el blondo – pronto volverás a nadar de aquí para allá a tu antojo, bakugou

El mencionado se sorprendió, pues ese hombre era un total desconocido para él.

-¿cómo es que sabe mi nombre?

- dark shadow me lo dijo – respondió con toda normalidad, sin ver que sus palabras hicieron reaccionar al blondo

- ¿dark shadow? ¿Dónde está él? ¿Se encuentra aquí? ¿Puedo verlo? – preguntó con energía, olvidándose del dolor momentáneamente, y causando una risa en el mayor por su repentino entusiasmo

- él no se ha separado de ti – apuntó, y katsuki volteó encontrándose con aquella barracuda tan tierna a su parecer

Este dormida plácidamente sobre donde su cabeza reposaba con anterioridad, dicha acción le pareció sumamente adorable al blondo, pero también muy gentil.

- disculpa – llamó al instante cuando vio que el hombre se marchaba, captando así su atención – ¿fue usted quien me salvó?

- algo así, pero no me llevo todo el crédito

- ya veo …y los tiburones ¿qué sucedió con ellos?

- alguien ya se encargó – vio que el muchacho estaba por realizar otra pregunta, así que decidió pararlo – si tienes más preguntas, te las responderé más tarde, ahora procura descansar – y terminó de marcharse, dejándolo con la palabra en la boca

Como no tenía otra opción lo mejor fue regresar a dormir, ya después se preocuparía en pensar donde se encontraba.

Mientras tanto, ese hombre nadaba fuera de la habitación con una expresión neutra en su cara hasta detenerse frente a una figura oculta en las sombras, una figura que miraba en la dirección de ese cuarto.

- deberías ir y hablarle, después de todo, no acabaste con esos tiburones porque “podrían bajar y dañar a los nuestros” después de que atacaran brutalmente a tu destinado – lo único que el dueño de aquella figura hizo fue chistar la lengua sin apartar los ojos de aquella entrada que lo dirigía a donde estaba ese chico – te lo encargo totalmente, buena suerte, tokoyami – dijo apoyando una mano en su hombro y regalándole una sonrisa arrogante para después marcharse

El mencionado soltó un suspiro y se rascó el entrecejo. Con fastidio separó su cuerpo de la pared e ingresó en aquella habitación, donde se encontraban descansando tanto katsuki como dark shadow.

- traidor – murmuró, siendo perfectamente escuchado por el receptor de aquel insulto

- shh, que si se despierta te muerdo

- y si me muerdes te castigo. De todos modos se despertará, tengo que cambiarle las vendas – dijo acercándose hasta la mesa a un lado de la cama donde reposaban vendas nuevas y listas para usar

- pero está durmiendo muy tranquilo ¿no puedes hacerlo después?

- claro, si quieres que se infecte y pierda su capacidad de nadar – respondió con sarcasmo mientras corría las mantas y dejaba libre la aleta de ese muchacho

Tokoyami cambió las vendas con mucho cuidado tratando de no empeorar la herida, y sorpresivamente katsuki no movió ni un cabello.

- tal parece tiene el sueño pesado - dijo dark shadow

- igual que tú, ahora veo por qué te agrada. Como sea – volvió a cubrirlo con la manta y allí lo dejó – no vallas a encariñarte demasiado, una vez que sane por completo, se irá – habló con firmeza, abandonando el cuarto y dejando a dark shadow con una expresión triste

- pero tú lo quieres – susurro sin ser escuchado

Mientras katsuki dormía plácidamente, sus amigos y familia no estaban tan calmados. Buscaban al blondo con desesperación en cada rincón del océano, incluso aventurándose a revisar las costas y playas, pero sin obtener resultados. Preguntaron a cada criatura que pudiera responderles, pero siempre recibían la misma respuesta. El blondo fue visto por última vez hace tres días durante el relato del rey en el jardín Real. Después de eso no se supo nada de él.

- santo Poseidón. Kacchan ¿dónde estás? Por amor a mamá, aparece de una vez, te lo pido

- rogar no servirá de nada izuku, debemos seguir buscando hasta dar con algún indicio que nos lleve a él

- tienes razón shoto, es sólo que…no, olvídalo, sigamos buscando junto a los demás – el mitad alvino asintió, y ambos fueron donde los otros amigos del cenizo

Ninguno se rendiría hasta dar con su querido amigo y asegurar que se encontraba totalmente bien.

En lo mas profundo / TokobakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora