|| 𝟎𝟔

964 114 20
                                    

Y O O N G I

Hay situaciones que muchas veces pueden salirnos de las manos, por lo que somos más impulsivos y tomamos decisiones con "la cabeza caliente", como Seokjin suele decir.

En mi caso, extrañamente siempre he decidió analizar cada cosa, ver meticulosamente cada dato de información que pueda tener. Me agrada controlar lo que me rodea, porque de lo contrario siento un extraño malestar. Ese picor en mi espalda que me dice que hay algo por arreglar. Mayormente, cuando tengo que resolver un problema no solo considero mi punto de vista, sino el de los otros que intervienen.

Soy una persona de mente fría y los pies en la tierra, no me gusta ilusionarme ni mucho menos tratar de ser impulsivo. Veo las cosas como son y trato de mantener una conducta madura, que sea correspondiente a mi edad. No andarme con juegos, porque para algunas tonterías ya paso mi momento. Trato de convertirme en ese adulto que mis padres me exigen que sea.

Si bien la impetuosidad era algo que todos los seres humanos teníamos consigo, es obligación de cada uno tratar de manejarlo. Yo, si bien no soy la persona más centrada, aprendo a controlarlo. Pienso cada cosa, ya sea una palabra como una acción.

Por supuesto que siempre existirá la posibilidad que tome decisiones que me beneficio porque es impertinente que lo nocivo surja. La persona que más me importa soy yo mismo, por eso, aunque sea un poco egoísta, tengo que cuidarme a mí mismo.

Aunque no me consideren arrogante.

También sé cuándo una decisión afectará en mí por beneficio de alguien inocente. Esa es la principal razón por la que me gusta resolver las cosas solo. No que otros ofrezcan su ayuda para que pueda solucionar las cosas, porque de una u otra manera, los meto en lo que está sucediendo. Ya son parte en un lío en el que, uno, no son parte, y dos, no les interesa.

Luego de mencionar todo lo anterior, puedo hacer que se quede en nada. No por algo estaba observando el largo de mis uñas como si fuera la cosa más interesante en vez de estar mirando a los ojos a la persona que me estaba hablando desde hace unos minutos. Escuchaba su tono de lamento y podía sentir su aroma amargo. Sentía la tristeza que estaba enmendando.

Pero él sabía por qué estaba hablándome de esa manera. Él era consciente porque recibía tanta indiferencia de mi parte.

— Yoongi, ¿Estás escuchándome? — pregunto débilmente, mostrando una actitud sumisa y patética.

— No, ya sé cuáles son tus juegos y como maquina tu mente. No trates de lucir arrepentido. Te conozco. — señale directamente a su pecho, elevando el mentón.

— Dame otra oportunidad.

— Dame una razón para hacerlo.

Y nuevamente regresamos a al mismo sube y baja.

El mismo juego donde yo escucho sus palabras, me creo su teatro y él vuelve a fallarme. Siempre lo perdono y comete los errores de siempre. Los primeros días soy su rey, su mundo entero, luego olvida todo. No soy estúpido, ya me sé su rutina y, sinceramente, se me está haciendo sumamente aburrido.

Ya iban dos errores, no simples, errores que dolían.

Daba oportunidades, no es que al mínimo daño sacaba a las personas de mi vida. Pensaba en que la gente cambiaba, un error era aceptado. Dos lo empezaba a dudar, pero al tercero ya sacaba a esa persona de mi vida. Por qué una es de casualidad, dos porque se le pasó, pero tres veces ya era mucho.

Él había cumplido dos y empezaba a desconfiar de él. Sabía de sus antecedentes por bocas ajenas. Si bien nunca me agrado eso de criticar sin saber, si había malas lenguas debían de ser por una razón y yo no era nadie para andas investigando si era verdad los hechos.

𝐒𝐎  𝐖𝐇𝐀𝐓 ||  𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora