|| 𝟎𝟑

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J I M I N

A la mañana siguiente ni la alarma ni el sol me obligaron a separar mis párpados y apartarme de mi cama. Apague el despertador por cuarta vez esa vez, dejándome dormir unos diez minutos más, por una extraña aplicación que yo tenía se debía de colocar una contraseña para desactivar la melodía que resonaba, de lo contrario solo tomaría diez minutos para volver a interrumpir los sueños tan cálidos que me arropaban. No veía ninguna opción de despertarme y es que para ser honestos no sabía ni siquiera la hora era o el día. Juro que sentía que había podido dormir por horas y que hermosa sensación. Tanta serenidad que no me veía capaza de abandonarla. No, señor. 

Mis manos abrazaban la almohada que se impregnaba con mi aroma natural al igual que las sábanas. Mis pies se movían, buscando el polar de mi colcha azul, mientras la volvía a subir hasta mis mejillas, haciéndome una pequeña bolita para poder conservar el cálido ambiente que rodeaba ese pequeño momento al que podía llamar felicidad. Mi cansancio iba a tan nivel que juraba poder caer en los brazos del dichoso Morfeo. Me sentía como un bebé en los brazos de su madre, como cuando eres un niño y no quieres hacer nada más que comer y dormir, sonaba un lindo plan para esa mañana de impasible clima. 

Un gruñido salió directo desde mi malestar cuando la alarma volvía a decir y yo personalmente no soy alguien que ame insultar todo lo que se esté moviendo o esas cosas, desde mi punto de vista es algo grosero, muestra una gran falta de respeto a los demás y a mí mismo, pero esta vez sí que la alarma estaba jodiéndome hasta los cojones. Trate de mover mi mano por mi mesa de noche hasta tomar dicho objeto que se osaba a interrumpir mi tranquilidad. El celular se desbloqueó con reconocimiento facial, después de tanto tiempo pude colocar dichosa clave para que el pitido que mi móvil emitía deje de repetirse. Pase mi mano por mi cara para despertarme y poder ver la hora. 

Mordí mi mano tan fuerte al momento de tapar mi boca cuando emití el grito del susto. Fue inesperado sentir como todo el sueño me abandonaba y mis ojos se abrían de frente para tirar la almohada que abrazaba. Me levante tan rápido que doble mi tobillo en el momento que mi pie izquierdo se atoró con la manta, ya no importaba en ese segundo. 

"¡Maldita sea! ¡Debí haber salido hace quince minutos!"

"Y luego te haces llamar Don responsabilidad" 

"Ya, Jimin, no te mortifiques. Podemos arreglarlo" 

"Con esas ojeras y el aroma a chocolate pasado todos te van a ver raro."

"Cállate."

"No puedo, te estás callando a ti mismo" 

La discusión con la voz de la razón paro cuando un chorro de agua fría choco contra mi rostro al igual que el jabón líquido y la maya empezó a frotarlo, sacando la piel muerta junto a la legaña de mis ojos. Ni siquiera me interesé en secar mi rostro cuando empecé a jalar el peine por mis cabellos rebeldes y un cepillo de diente intervenía en mi cavidad bucal. Abrí el grifo para enjuagar mis dientes y mojar mi cabello. Lo arregle con un poco de crema, jugando ligeramente con las puntas que no luzca tan deplorable.

 Sabía que ayer no debí haberme quedado viendo series hasta la noche. Yo lo sabía, pero como siempre, Jimin no me hacía caso y era demasiado estresante. A veces odiaba que mi sentido común y mi "yo" sean tan diferentes. Les decía "No te quedes toda la noche viendo esas cosas", pero luego sale su rostro, la dulzura de sus palabras y termino embobado. Me prometo dejar las cosas como están; la música me va motivando y diciéndome a gritos que continúe. Cuando menos lo esperaba llegaban las tres de la mañana y me daba cuenta de que ese "uno solo más" terminaba siento la temporada entera. 

𝐒𝐎  𝐖𝐇𝐀𝐓 ||  𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora