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J I M I N

Mi cuerpo se sentía extraño. No hablo por lo sentimental, es físicamente. Horas atrás de agendar la reunión que tanto me habían suplicado tuve una pequeña crisis.

Desde antes el hecho de extraviar siempre mis cosas y no poder manejar los sentimientos me ahogaba porque, como todo ser humano, me sentía mal al no poder hacer las cosas que quería, o que de por sí deberían salir automáticamente. Muchas veces me miraba al espejo y preguntaba qué era lo que estaba mal conmigo. Ya saben, esas típicas dudas existenciales que surgen una al millón. Digamos que ese no era mi día, las cosas se extravían más de lo normal, la ropa que quería ponerme había olvidado lavarla, trate de cocinar algo y todo terminó quemado por tener la preocupación de cuidar a mi planta, además olvide mi celular. Una cosa tras otra y con mis sentimientos ir aumentando solo termino en que quisiera gritar todo mi malestar.

Busqué en mi cajetilla de vitaminas entre ellas había una pastilla que cuando cumplí la mayoría de edad mi psicólogo me entregó. Era la única que había visto el nombre, pero estaba en otro lado que simplemente no lo recuerdo. Las otras vitaminas que tomo son de colores amarillos, celestes, rojos. Esta era tan aburrida con un color blanco y una sensación agria cuando estaba en mi boca. Esta, a diferencia de las demás, debía de tomarla cada cuatro horas si quería fuertes efectos. Mayormente, la ingería cuando mis temporadas de parciales llegaban y debía estar centrado por una o dos semanas. Claro que también era descuidado y una que otra vez las tragaba sin pensar consecuencias, y esa fue una de las tantas veces.

Sus efectos eran totalmente diferentes a las demás. Solo necesitaba esperar unos diez minutos para que todo de un resultado. La sensación era como si fuera un tipo de máquina y presionaran un botón en mí que decía "modo sereno". Mi cerebro funcionaba como si todo estaría bien, a veces podía dolerme un poco el cuerpo o el sueño era mayor, pero no me interesaba mucho cuando los resultados eran óptimos. 

Me sentía un poco gris y creo que muchas personas también notaban ese estado apagado que tenía, pero me confundía. ¿No se supone que lo que la gente odia de mí es el hecho de que esté saltando de un lugar a otro? ¿Por qué se enojan cuando estoy siendo uno del montón? En fin, una persona una vez dijo que la única manera de fracasar fue tratando de encajar en la sociedad y yo aprendí a que no necesitaba encajar. Era feliz en mi mundo personal y bueno, los demás si no llegaban a comprenderme, era su problema. 

Nunca fue fácil tratar con los demás, pero trataba de dar lo mejor de mí para que nadie se sienta incómodo.

Volviendo al tema principal y una vez explicado en qué consistía el Concertá, esta mi crisis. Todas las personas tenemos una crisis y considero que sufrir de ellas me hacen más humano. Duele mucho cuando siento que obstaculizo mis objetivos por mis "discapacidades" aunque ni tanto porque para usar dicha palabra debo tener una justificación médica y yo solo soy distraído. A veces es cansado existir, es cansado pensar; hay veces donde nada más quiero tirarme en mi cama y mirar el techo mientras pienso en cualquier tontería; eso hasta que mi cuerpo me exija actividad física y deba salir a mi típica salida de las ocho de la tarde. 

¿Pero qué propósito tiene todo este monólogo más largo que un diálogo en El Avaro? Ninguno, solo quiero tratar de reflexionar en algo mientras espero. 

Al no tener mi mente en nada podía tomar el tiempo suficiente de ir ordenando mis cosas hasta que Taehyung llegara. Era increíble poder tener el control de mi vida, por solamente un minuto era grandioso y me hacía sentir con un pequeño poder. La música era un acompañante, no una necesidad. Si me sentía tan bien, ¿entonces que alguien justifique porque no podía vivir así todos los días? 

Estaba dispuesto a meterme en mi cama a reflexionar en la cantidad absurda de veces en las que me había sentido tan vacío que si me pagaran podría estar en la máxima escala de mi universidad. Fue el timbre que me interrumpió todos mis pensamientos y me vi obligado a correr a la puerta principal con una sonrisa. Abrí la puerta y noté como el alfa estaba mirando las flores que tenía afuera de mi departamento. Al verme sonrió y me contagio su alegría. 

𝐒𝐎  𝐖𝐇𝐀𝐓 ||  𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora