𝐒𝐎 𝐖𝐇𝐀𝐓 || 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍

|| 𝟐𝟔

YOONGI

Estar con Jimin era como volver a la escuela. Me sentía tan torpe y emocionado por cada cosa que hacía. La relación que manteníamos era bastante impredecible porque podía haber días donde la energía e hiperactividad que ese omega tenía se elevaban a niveles abruptos y otros donde su mente podía estar en sí misma.

Jimin era muy ruidoso, escandaloso, chillón y movedizo. Lo contrario a mí y una persona en la que no habría llegado a fijarme.

Recuerdo que Kim llego a atraerme, humildemente, porque era tranquilo y solía mantener perfiles bajos entre las personas Por supuesto nadie me advirtió que terminaría siendo un jodido acosador que esta sediento de atención. Kim es de estas personas que le giras a ver dos segundos para pedirle un jodido lápiz y ya crean una vida contigo.

Así de patético.

Jimin es diferente y sé que esto de comparar a las personas está muy de la mierda, pero es algo que automáticamente mi cabeza hace. Porque lo veo hablar y hablar y me pregunto cómo es que alguien como el imbéciles de Kim pudo haber tratado de matar esa luz que tanto tiene. Jimin es una persona que no necesita explicarte de sus intereses para saber que brilla; cuando llega a un lugar automáticamente llama la atención. Es un omega hermoso y digno de admirar, algo que nunca voy a cuestionar es la forma en la que las otras personas tienen para verlo.

Su rostro era el sinónimo de equilibrio, con toques femeninos y masculinos que sabía cómo resaltar. Su cuerpo no era extremadamente delgado al punto de parecer enfermo o una estrella de pop. Algunas veces cuando estábamos juntos solía vestir camisetas cortas y jeans a la cadera, entonces un poco de piel se le hacía ver. Nunca se mostró inseguro de caminar así por la calle, no solía taparse su abdomen y estar mirándose en el espejo por tanto rato. Me agradaba mucho su seguridad, y que recientemente halla regresado con ese estilo de ropa, porque existen personas sin cerebro, pero mierda, se veía jodidamente bien.

Hasta hubo un día donde lo vi y tenía una camisa algo transparente que se acoplaba muy bien a su cuerpo. Lo había decorado con accesorios de cuero al igual que su pantalón y sus botas. Cuando lo vi aquella tela en el inicio se le pegaba al cuerpo resaltado ciertos atributos y luego se dejaba caer.

Mierda ese día sentía como mi lobo no quería hacer que nadie lo observará.

Tampoco quiero que suene que lo estoy sexualizando, nunca lo he visto en un ámbito como tal y honestamente el sexo no es algo que me llame mucho la atención.

—¿Se llego a dormir? —escuche a Seokjin volver a preguntar luego de unos diez minutos en los que manejaba por medio de la carretera.

Finalmente, y luego de una espera de dos semanas el viaje había llegado. Así que esa mañana tomamos algunas mochilas y le pedimos prestada la Jeep al padre de Jin para que podamos ir más cómodos a Daegu. Si bien en tren podría llegarse en dos horas, en carro era un poco más largo, pero no me causaba tanta ansiedad.

Si, los lugares muy llenos de gente no son de mi agrado. Mucha bulla y puede haber uno que otro mocoso vomitado en el tren.

Con los chicos nunca fuimos se visitar lugares como esos, menos que Jungkook desee llevarnos a ver una película, pero mientras más sereno mejor para mí. El tema era Jimin que adoraba las ferias, los centros comerciales, la comida rápida y en su cabeza parecía que mientras más ruidoso y llamativo sea, era perfecto para él. Empecé a acudir a estos sitios gracias a él y, bueno, si tenía que escuchar miles de gritos de niños para ver como Jimin no paraba de sonreír, no me quejaba.

Mierda, por qué es tan hermoso. 

—Se durmió hace unos ocho minutos —me acomode un poco donde estaba, procurando que no sea fastidioso para el pelinaranja que dormía en mis piernas—, ¿cómo está la carretera?