|| 𝟎𝟏

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J I M I N

Para el momento exacto donde mi alarma inundó toda la pantalla de mi celular yo ya me encontraba en mis cinco sentidos, mezclando el chocolate caliente que había decidido prepararme. La temporada de invierno estaba en su cúspide; las quincenas de enero siempre eran las que te helaban hasta los huesos, haciéndote temblar peor que aquellos cristales cuando abrías la puerta del mercado en la cuadra ocho.

Tengo que admitir que nunca fui muy fan del frío, me agrada la nieve y poder tomar chocolate en Navidad; sin embargo, el verano era totalmente diferente. Tan fresco y soleado que podías ir a dar un hermoso paseo por el parque mientras te comías un helado de fresa. Como me gustaba la fresa, enserio. Es la cosa más deliciosa del mundo.

Salí de la cocina, removiendo mi taza con una cucharita, trataba de ser cuidadoso para no hundir la crema. Recogí con cuidado un papel que había tirado la noche anterior, observando el balcón frente a mí. No tenía intención de abrirlo, mi departamento mantenía una esencia calentita que no quería extinguir.

Me apoye en el helado vidrio, observando la gente caminar debajo de mí. Todos se veían tan pequeños, los carros de juguete y las cosas del tamaño para hacer un set de muñecas. Ya era costumbre apoyarme ahí, a veces sentarme en la pequeña banca que había instalado en la afuera de este, contando la cantidad de autos blancos que cruzaban o pensando en las historias de cada ciudadano, creando escenarios y situaciones con sus diálogos incluso. A veces yo mismo tomaba los papeles y los imitaba a todos en el instante.

La revivía, lo sé.

Cuando la historia era buena, lo anotaba, cosa que era extraña. No soy bueno redactando historias. Eso no quita el hecho que mi creatividad es algo graciosa, la usaba para explotar mi lado artístico. No es por presumir - si lo es - que la mayoría de pinturas que adornaban mi hogar eran propias creaciones.

Eleve la vista al cielo gris, escondía al sol que no quería dar la cara. Tal vez se sentía mal luego de darnos una tormenta en la madrugada y no regalar ningún arcoíris ¿Quién sabrá?

"Da igual, menos pensamiento en el clima y más concentración en organizar tus cosas Jimin. Luego terminas olvidándote todos los cuadernos y la cartuchera. "

"Tan así no es, si tengo nivel de responsabilidad. "

"La vez que olvidamos la mochila no dice eso. "

"Fue solo una vez. "

"Distraído. "

"Fue en el colegio. "

"En secundaria"

"En primero de secu"

"Tenías doce, eras un año mayor"

"¡Ya no importa!"

Mi discusión interna de rompió cuando el tono de mi celular empezó a llamar la atención. Busque donde lo había dejado tirado, como siempre estaba en mi cómoda de noche ¿En qué momento lo había dejado abandonado ahí al pobre?

Conteste la llamada y pegue la pantalla a mi hombro mientras tomaba una toalla y dejaba el conjunto de ropa a un costado.

- ¿Todo bien? - preguntó la voz en la línea.

- Aún todo en orden, quería asearme para causar una buena impresión. - explique relajado mientras me observaba en el espejo. - Recuérdame hacer estas cosas en la noche.

- Nunca sigues mis consejos.

- Los tengo en mente. - me defendí.

- Me avisas cuando salgas de tu cueva. Puede que vaya por ti para llevarte de la mano y que no te pierdas viendo mariposas. - bromeo Hyung. Tape mi boca mientras dejaba escapar la carcajada y mis mejillas se bañaban de un carmín ligero.

𝐒𝐎  𝐖𝐇𝐀𝐓 ||  𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora