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Y O O N G I

Jimin es lindo. Jimin es malditamente lindo.

Hablemos de su rostro; sus ojos tienen formas rectangulares y achinados que le dan una fina mirada. Sus pupilas son como su aroma, de color marrón chocolate. Tiene un pequeño detalle bajo los ojos que lo hace tan característico cuando sonríe que parece un lindo pollito. Su nariz es proporcionada a la estructura de su rostro, ni muy grande ni muy pequeña. Cada vez que veo sus labios, todo un torbellino nace en mi cabeza por la forma que sus labios tienen. Son gruesos y rosados, parece cuidarlos al igual que su piel debido a que se ven suaves y brillantes. Sus proporciones eran congruentes a los estándares de belleza coreana que daba como resultado a un chico de gran carisma, aunque un poco distraído.

A Jimin le gusta estar en su mundo y hablar de él. Hay veces en las que creo que vive en su propia burbuja, como si lo que pasará estaría lejos de su vida. Es extraño, siempre me da curiosidad que es lo que pasa por su cabeza cuando se queda mirando a la nada en una conversación o porque cambia los temas tan de repente. Antes odiaba escuchar su voz, era insoportable y estresante ver como podía no tener un botón de apagado. Si ahora mi yo del pasado me preguntara que fue lo que paso con ese chico luego de cinco meses solo me quedaría mantener el silencio. Caí por su alegría, porque su esencia es tan contraria a mí que me hace sentir serenidad.

Jimin era mi calmante y mi estimulante a la vez. Después de conocerlo he logrado hablar más. Mis ataques de ansiedad desaparecieron al igual que los pensamientos donde sentía que todo lo que pasaba era mi culpa. Con Taehyung me había grabado tanto que yo era el malo que ahora que tenía a Jimin a mi costado temía hacerle lo mismo que supuestamente le hice al beta y al alfa.

Jimin me hacía sentir tan bien que no quería pensar que podría irse de mi lado con falacias y caras bonitas.

"Voy a quitarte lo que más quieras" las palabras de Taehyung que me dijo a inicios de semestre resonaron en mi mente.

"Y antes de acabar con mi carta, quiero decirte que ya escogí mi próximo trofeo." Recordaba haber leído aquella frase en la carta y tras eso rompí el papel con tal fuerza incluso me corté la parte interna de la mano. No me centre en el dolor, solo sentía la ira consumirme y sin manejar mis emociones prendí en fuego a la nota. Adema que el peluche que me dio había terminado en la bolsa de cosas para donar. Más que ser mis decisiones, fueron hechos de mi lobo que tomo el control de mi cuerpo; por eso cuando trataba de recordar dicho día las cosas eran medias borrosas. 

No, Taehyung no podía ser tan hijo de puta. Jimin... Él no tenía nada que ver. No era malo, nada más un tonto omega que se me acercó el primer día para tratar de tener un amigo y terminó metido en un lío que le costaría la estabilidad emocional. No quiero imaginar como podría surgir todos los problemas si es que Taehyung buscaba tener a Jimin. Tenía que salvarlo, alejarlo de ahí, pero con las vacaciones y lo difícil que era para mí usar las palabras virtuales. Durante estas semanas traté de hablarle, pero todo terminaba en un "cuídate" o un "voy a salir con Seokjin, adiós". 

— Yoongi. — una voz me llegó y reventó mi mar de pensamientos. — ¿Escuchaste mi pregunta?

Negué en silencio cuando regresaba la vista a la psicóloga y rompía un poco de papel higiénico para hacer bolitas. Soyun paro mis manos para detener la manía que tenía cada vez que empezaba a pensar de más. Ella abrió un cajón y busco algo más saludable. Me entrego una pequeña fruta de plástico que yo apreté, y note que podía estirarla y arrugarla a mi gusto. Mis manos se tranquilizaban al poder tener algo.

— Yoongi, ¿Qué es lo que te atormenta? — vi como la terapeuta se apoyaba en la mesa y jugaba con las bolas que había hecho. Las fue haciendo un círculo para terminar por tirarlas a un lado. 

𝐒𝐎  𝐖𝐇𝐀𝐓 ||  𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora