||𝟏𝟖

347 46 17
                                    

Y O O N G I

"Estoy saliendo con Taehyung"

Esas cuatro palabras no paraban de taladrar mi cerebro como si no existiera alguna piedad por mí. Por más que quiera pensar en otra cosa era lo único que me estaba sonando en ese instante.

Mi mirada estaba centrada en el color de la pared, mientras los mechones rubios aún era divisibles en mi panorama, creo que lo único que deseaba en ese instante era poder estar lejos de todo. Con el cuerpo petrificado y un agrio sabor en la boca fue que sentí poco a poco que mi corazón se iba haciendo mierda, era lento, doloroso, como si me hubieran apuñalado por la espalda y esa flecha haya pasado toda mi caja torácica. Mi aire se iba cortando a la par que una extraña sensación me iba recorriendo por todo mi cuerpo al punto de hacerme repudiar el tacto del chico que estaba frente a mí. Mi estómago ardía, poco a poco este empezó a segregar una sustancia que subió por mi garganta, esta ardió al instante de forma irritante. Traté de moverme, pero los brazos de Jimin seguían firmes a mi cuerpo, sentía su temblor que me creaba indiferencia. Todo el dolor en mi cuerpo era ignorado y esas emociones de poder cogerme a Park se habían ido.

Ya no quería sexo, ahora solo quería que se largue de mi maldita habitación, de mi casa y, si podía, de mi vida.

Sin pensarlo, sujete sus brazos y lo empuje lejos de mí. Escuché el sonido de su espalda chocando con la pared, al igual que vi su manera de doblarse y quejarse; tal vez había empleado demasiada fuerza. Mis ojos revisaron todo su cuerpo, esa piel que alguien más ya había probado ligeramente. Esos labios que Taehyung podía besar sin ningún miedo, su mano que podía acariciar y su cuerpo que podría hacer suyo cuando se le plazca. Sus manos recorriendo otro cuerpo y su hermosa espalda arqueándose cuando alguien más lo tocaba en lugar prohibido me daban arcadas. Alguien que no era yo, alguien a quien odiaba como jamás podía haber odiado.

No podía ser, en que momento Jimin paraba todo y me decía que era un puto juego. No escuchaba su risa, no veía su mirada picada donde sobaba mi cabello de manera adorable para romper en carcajadas por hacerme creer algo que no era. Cuando él se enderezaba y me decía "tonto", porque él no podía decir más visura, para luego darme un golpe de amigos y decirme que era un juego. ¿Por qué no me decía que lo invento para no acostarse conmigo? Quería que haga algo, pero solo tenía sus ojos conectados con los míos y sentía miedo, lo sabía porque su aroma me lo decía.

Primero sentí dolor, un aullido de mi lobo que jamás había experimentado... Pero ese dolor se transformó en ira.

Un enoja tan único que jamás había sentido, algo que me consumía y hacía que quiera golpear algo. Las ganas de estrellar mi puño contra el rostro de Taehyung por tomar algo que no era suyo por naturaleza iban creciendo, pero no estaba bien pensar de esa manera. Jimin no era un objeto, no era algo que yo pueda ganarme a golpes, ¿qué clase de alfa sería si le estropeara la cara a alguien enfrente de mi omega? La única diferencia es que Jimin no era mi omega. Lo quería sentir como algo mío, cuando estaba equivocado. Él no fue, no era y no sería nada mío. Solo amigos que se quedaron con ansias de algo más, o aunque sea uno de ellos porque fue tan tonto de creer que podría funcionar. Que un día despertó y empezó a ilusionarse con tener una oportunidad con aquel chico de dulce sonrisa.

— Lárgate. — fui firme y duro, note su cuerpo encogerse, pero empezó a darme igual.

— Perdóname, yo... No sé cómo explicarlo. Todo fue tan rápido. — lo vi recomponerse y tratar de ordenar sus ideas. Sus manos temblaban, su labio formaba un puchero, Jimin quería llorar. No sé si era para manipularme o algo más, pero no le quería dar el placer. — Yoongi por favor, escúchame.

Quería que se callara, no podía soportar su cara de miedo junto a algunas lágrimas falsas que estaba liberando. Sus manos se movían y la voz parecía irse poco a poco. Mi mirada gélida se juntaba con la suya que parecía un cristal que poco se iba rompiendo, pero todo era un teatro. A él no le dolía nada de lo que esté haciendo porque a penas deje esta casa iría a donde esta Taehyung, quien lo animaría con una ronda de sexo dichosa con el único objetivo que quitarle mi aroma. Él se sentía tan mal, pero por qué. ¿Por su amigo? Que no sea ridículo.

𝐒𝐎  𝐖𝐇𝐀𝐓 ||  𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora