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El Torneo de los Tres Magos dio inicio con el discurso de la Ministra Hermione Granger, la cual mostrando un aspecto demacrado informó sobre la investigación que se estaba llevando a cabo para resolver casos de posibles brotes de traición y querer volver a un nuevo estado de fascismo por parte de magos oscuros sangre pura, mestizos e incluso de hijos de muggle.

La afirmación dejó a más de uno sorprendido, sobre todo cuando aseguró que sería un camino de prueba y error por lo que, si en algún momento las pistas acusaban a inocentes, públicamente se haría el correctivo y esperaba que la sociedad mágica tuviese a bien no juzgar.

Por último, aplicando más a la fuerza de voluntad que a la fuerza física que parecía abandonarla provocándole una tos seca y sudoración, explicó que la persona a su lado, quien era su mano derecha desde que la colocó como docente de pociones, había ayudado en diferentes campos de las indagaciones, por eso y debido a su precario estado de salud, si debía ausentarse, su reemplazo y con total poder de decisión y ejecución sería la Auror Augurey Rowle.

Los aplausos comenzados por Rose y secundados por sus amigos de Gryffindor, crecieron con desconfianza hasta volverse uno solo, ninguno de los adultos intervino o negó la moción, Delphini se sintió satisfecha, estaba logrando más de lo que pudo su padre y mantendría ese poder todo el tiempo que fuese posible.

El ruido de las trompetas y de los himnos de las tres escuelas indicó que el comienzo de la competencia era un hecho.

Minerva McGonagall fue la encargada de explicar la prueba.

«Aquí no tendrán que luchar con un enemigo externo, lo harán con su yo interior. Los temores y las culpas que están en su subconsciente aflorarán al punto de martirizarlos, cuando logren vencerlos encontrarán la pista para la siguiente prueba».

El cuerno retumbó en el lugar, los aurores a cargo de Harry Potter se disiparon en el Bosque y en las gradas atentos a cualquier situación que colocara en riesgo la vida de los estudiantes.

Con disimulo Harry vio a Lily, Hugo y los chicos de Slytherin junto con George Weasley y Teddy Lupin, escurrirse detrás de cada campeón para protegerlos, no podrían interferir directamente en la prueba, pero sí ponerlos a salvo de sus propias acciones.

Ron y Ginny llegaron junto a él, por un momento recordaron al Ejército de Dumbledore, ellos no luchaban contra un maniático como Voldemort, lo hacían por la justicia que traía la posibilidad de consolidar un mejor sistema en el mundo mágico.

El bosque tenebroso se abrió paso señalando tres senderos diferentes con un color distintivo de los campeones a quienes antes de partir se les entregó una pequeña mochila, así vieron como para Aimme Millefeuille de Beauxbâtons el sendero se iluminó con un bello azul similar al de su uniforme, Mikhail Poliakov de Durmstrang se encendió un canela parecido al de las pieles que tanto usaban, y para Albus el verde de su casa señaló por dónde ir. Los tres se miraron deseándose suerte, varita en mano se introdujeron al campo de prueba.

Hermione veía desde la oficina de McGonagall lo que ocurría en el Bosque, su cuerpo desde la cena del día anterior mostraba signos de cansancio extremo, no se le hizo raro cuando Neville le dio el resultado, su sangre contenía gran cantidad de una poción de agotamiento, de milagro estaba viva.

Minerva extrañó a Snape, era demasiado bueno en pociones y pronto hubiese dado con el antídoto, fue entonces cuando pensó en el único que podía ayudarle. Mandó una lechuza al ministerio, alguien como ella no podía ser ignorada y menos por quien iba a recibir la carta.

El Auror Steve Johnson leyó el pergamino con preocupación, se requería a Scorpius Malfoy como pocionista en Hogwarts por el estado de salud de la Ministra, como jefe de departamento podía hacerlo sin problema, pero la orden del traslado a Azkaban del muchacho junto con su padre debía estarse ejecutando en unos quince minutos.

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