24

24 4 0
                                    

Scorpius se mantuvo en silencio mientras el Auror le colocaba al tanto que ningún estudiante había sufrido percance, la prueba dentro del bosque tenebroso todavía no acababa y se tenían varios agentes dispuestos a proteger a los participantes.

El rubio asintió con la cabeza, llegaron a la habitación especial que McGonagall dispuso para la persona que debía atender, el rostro de Hermione Granger lucía tan pálido como el de un muerto y su respiración superficial era débil junto con el pulso.

Pasó la varita sobre el cuerpo de la bruja, en Koldovstoretz los últimos meses tomó varios talleres y seminarios dirigidos a medimagos, un regalo que obtuvo debido a su promedio escolar, sus profesores le recomendaron ir como parte de la preparación que requería para la educación superior.

Las pociones de miss Pomfrey mantendrían a Granger descansando por unas horas más, minutos que aprovecharía para identificar los ingredientes de la poción y hacer el antídoto. Le gustaría tanto tener ayuda, pensó en Hugo, pidió a la Directora que el pelirrojo se reuniera con él tan pronto pudiese, dio otras indicaciones y salió rumbo al salón de pociones, esperaba no encontrarse con Delphini.

En el bosque Tenebroso la atmósfera que respiraban los campeones por lo visto era diferente a la que tenían alrededor, tanto aurores como infiltrados los podían oír hablar y gritar apuntando a cosas que no existían, por el momento el mejor librado era el estudiante de Durmstrang, Rick y Zachary que por seguridad de sus parejas optaron por dejarlos con George y Lupin, parecían analizar exactamente que buscaba el ministerio.

Mikhail Poliakov llegó a lo que parecía el final del camino, se secó el sudor que estaba en su frente y miró con desconfianza la entrada a una cueva que expedía un olor nauseabundo.

El joven hasta el momento había luchado con el dolor de ver a sus padres morir, torturados por los fanáticos que no aceptaban que un sangre pura se casara con una muggle, también lo escucharon llorar por el rechazo de los familiares que le acogieron hasta que pudo huir al instituto y convertirse en lo que era, un orgulloso estudiante con una fortuna propia debido a la ayuda y patrocinio al programa de Talentos Especiales que comenzó con el director Víctor Krum.

Lumus máxima —la varita no respondió, por segunda e incluso una tercera vez Mikhail repitió el hechizo.

Sin poder utilizar la magia sólo les quedaba defenderse con las herramientas a mano, es decir, con lo que pudiesen encontrar en el camino.

Aunque para el campeón de Durmstrang era un fastidio esa situación, para su dos guardaespaldas se convertía en la oportunidad de seguirlo sin ser detectados.

Como pudo consiguió unas varas de madera y dándose cuenta de la utilidad del bolso que les entregaron al inicio de la prueba, untó de aceite un trapo e hizo una antorcha rudimentaria.

El camino descendía en pendiente, una que se hacía más peligrosa y que con cuidado debió bajar el joven, quien lanzó la luz para poder calcular la distancia del fondo y que había allí, una maniobra arriesgada que pudo costarle la vida.

Al llegar al fondo notó una gruta más pequeña, y dentro de esta un altar, con sigilo probó si existía alguna trampa. Sobre la roca un recipiente transparente que permitía ver un reloj dentro de una sustancia similar a la miel.

—¿Cómo cogerlo sin morir? —una sombra que fue tomando la forma de una hermosa mujer le preguntó mostrando el inocente rostro y una sonrisa que prometía más de un placer.

Mikhail tragó en seco pensando cómo sería el guardián de la francesa, sacudió su cabeza y enfrentó a lo que sin duda era la verdadera prueba.

—Dime que debo hacer y lo haré.

Punto y AparteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora