Introducción

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Isla de Sooga, Corea del Sur
2009

Los primeros rayos de sol alumbraban tenuemente la aldea, cubriendo de un suave rosado el cielo y despertando a los peces del arroyo, y a las aves de los árboles, que empezaron a cantar.

En una pequeña cabaña a las afueras de la aldea, muy cerca del bosque, el canto de los pájaros le había espantado el sueño a un felino de pelaje negro como carbón, que ahora intentaba despertar a su querido dueño sin mucho éxito.

El chico, de unos catorce años cumplidos hace poco. Yacía dormido plácidamente en un colchón sobre el piso, cubriéndose con una manta. Ignorando como Mio le jalaba suavemente el cabello en un intento por despertarlo y saciar su hambre.

I got a pocket,
Got a pocketful of sunshine
I got a love and I know that ist's all mine.

La música del despertador fue lo que finalmente logró hacer que Garu abriera los ojos para ver a su mascota, el cual empezó a maullar a todo volumen mientras Garu estiraba el brazo para apagar el despertador, que ya comenzaba a irritarlo.  

Una vez despierto y consciente lo primero que hizo fue alimentar a Mio para inmediatamente después cambiarse en la ropa más abrigadora que tenía. Con sus botas de nieve y una gruesa bufanda roja con negro, Garu salió de su pequeña casa de camino al Goh-Rong. 

[...]

Caminaba por la aldea, la cual estaba prácticamente vacía. No sabia si era por lo temprano que era o por el hecho de que hace apenas ayer había sido año nuevo y mucha gente seguía recuperándose de la resaca, o también, por el frio.

Después de caminar unas cuantas cuadras llego al Goh-Rong para darse cuenta de que estaba cerrado, pero no vacío. Desde afuera podía escuchar a los chefs dando órdenes, a Pucca corriendo, y a Dada gritando.

"Deben de estar ocupados" pensó.

Empezó a caminar de camino a su casa. Justo cuando paso por la puerta de atrás del restaurante, vio al chico rubio salir con dos bolsas al basurero, quejándose de algo entre dientes.

"¿No tendrá frio?"

-Ya se lo que vas a decir. - dijo al darse cuenta de la presencia de Garu. -Pero en primera: Es domingo, en segunda: son vacaciones, y en tercera: son las ocho de la mañana- dijo con un tono de molestia y claramente aguantando las ganas de estornudar.

Entonces un rostro familiar se asomo por la puerta, era Pucca.

- ¿Ya está el desayuno? - pregunto Dada, Pucca asintió con la cabeza.

El rubio dejo las dos bolsas en el contenedor y se apresuro a entrar al edificio haciendo fricción con sus manos.

Pucca se le quedo mirando con una expresión entre alegría y preocupación, y con un gesto de sus manos, lo invito a pasar.  

[...]

Al entrar Garu se esperaba un gran pasillo, lleno de puertas y una enorme cocina llena de gente corriendo de un lado para otro con bandejas llenas de comida, como en las películas. No un comedor que muy apenas cabía dentro de la habitación y una cocina que, aunque bonita, era algo pequeña.

Los tres chefs y Pucca le saludaron, mientras Dada solo hizo la señal de la paz con la mano mientras discutía con alguien por teléfono.

Pucca y Dada estaban sentados enfrente del uno al otro, cada uno tomando de unos platos llenos de comida en el centro de la mesa. "Como una familia" pensó

- ¿Qué esperas, Garu? Siéntate – dijo el chef Dumpling.

Para la suerte de Garu, buena o mala, el único asiento disponible era el que estaba justo al lado de Pucca.

Al tomar asiento, uno de los chefs le sirvió una taza de té caliente -A tu derecha está el azúcar y la leche- dijo para después sentarse. "¿Quién demonios se toma el te así?" se preguntó, pero al parecer alguien aquí lo hace.

- ¿Qué quieres? - pregunto Linguini, - ¿Papas, huevos fritos, jamón, tofu? - Garu solo apunto a un plato de Kaktugi. El cual Pucca le sirvió contenta.

Esto era extraño para Garu, estaba acostumbrado a siempre comer su desayuno solo, a veces con Mio acompañándolo, y en silencio absoluto. Pero esto no estaba tan mal.

-Feliz año nuevo- susurro Pucca tomándole la mano suavemente. 

Para nada un mal inicio de año.




Creciendo En Sooga (Pucca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora