Creciendo En Sooga (Pucca)

Sueños

"28 de febrero del 2009

Mi nombre es Daniel Arthur Damschröder. Tengo 16 años y vivo en Sooga, una pequeña aldea pesquera en una isla a la costa surcoreana.

Creo que es justo decir que tengo una relacion algo complicada con el lugar al que por ahora llamo mi hogar. El problema con vivir en Sooga es que no te puedes esconder. Todos conocen a todos, todos saben todo sobre los demás.

Y, a veces, todo lo que quiero es simplemente...desaparecer".

-¡¿PUCCA, ESE ES MI DIARIO?!-.

[...]

-Esta vez fue muy lejos- se quejó mientras los tres chefs lo ignoraban -¿Que vendrá después?, ¿Qué se ponga mis bragas?-.

-¡No digas esa palabra!- le regaño Ho dándole un sape en la nuca.

-Además, ¿Qué es un par de bragas entre primos?- dijo Pucca sentada en una esquina de la mesa.

resignado se sentó al lado de Dandy a comerse rápido su desayuno mientras escuchaba las noticias en la radio, algo sobre un avión estrellándose en Holanda.

-Deberíamos irnos ya si queremos llegar a Lexington's antes de la escuela- dijo mientras se ponía una chaqueta de mezclilla con distintos pines de bandas.

-Espera un segundo, ¿A dónde vas?,¿dónde está tu suéter?- preguntó el tío Ho.

-Decidí agregarle un toque personal al uniforme este año- respondió el rubio entre dientes.

-Toques te darán en el suelo. Ponte el suéter- regaño al rubio.

-Miren. No soy un clon, debería tener permitido expresar mi individualidad, tengo derecho. Lo siento, no me pondré el suéter. Punto final- argumento Dada con una sonrisa.

Entonces el tío Ho suspiro -Linguini, pásame el teléfono, voy a llamar a su madre- dijo y a Dada se le callo la sonrisa del rostro.

Afuera de la casa estaba esperando Rory, un amigo de Dada, un chico bajito, delgado, pecoso, y enfermo de casi cada enfermedad crónica conocida por la humanidad hasta el momento. Esperaba con una chaqueta café de tartán demasiado grande para él hasta que vio salir a los demás

-¡¿Qué es esto?!- dijo al ver a los otros tres con el uniforme normal -Pensé que este año cumplirías tu sueño de vestirte como Sid Vicious- comentó en su pesado acento del norte de Irlanda.

-Quería, pero en mi casa no me dejan- respondió Dada.

-Bueno, no voy a ser el único que haga el ridículo- dijo quitándose la chaqueta y guardándola en su mochila.

Dada colocó sus audífonos con una canción de The Cranberries y comenzó a pedalear por el camino de siempre hasta llegar a la tienda Lexington's en el famoso "Corredor" lleno de extranjeros viviendo en la isla por un tiempo, como él.

Oh, mi vida

Está cambiando todos los días

De todas las maneras posibles

Y todos mis sueños, nunca son lo que parecen

Nunca son lo que parecen

[...]

La tienda de Lexington era un viejo edificio de ladrillo y varillas de metal, justo a dos cuadras de su escuela. Ya en la tienda cada uno tomaba poco a poco distintos bocadillos y golosinas baratas para guardarlas hasta el almuerzo, todos a excepción de uno. El cual miraba la barra de dulces con pesar.