Al servicio secreto de su majestad

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-Esta será tu misión, ya sabes lo que tienes que hacer-.

-No le fallare, señor Cuervo-.

-Y no esperaría menos...-.

[...]

Por lo general, los domingos son días tranquilos. Días para descansar, relajarse y convivir con la familia y amigos... a menos que vivas en el Goh-Rong.

La casa del restaurante era un desastre, con todos los residentes corriendo por todos los rincones de la casa revisando que todo estuviera limpio y ordenado para el nuevo inquilino de la casa.

-Espera un segundo...-habló el tío Ho-... ¿Qué hora es? -.

-Son...-Decía Dada mirando el reloj de su muñeca -Las doce-.

Ho dejó de limpiar para llamar a los otros chefs -Tenemos que irnos ya- dijo.

-Garu y los otros dos chicos están afuera, atiéndanlos- dijo el chef Dumpling colocando su abrigo para salir.

-Pero ninguno sabe cocinar- señaló Dada.

-Recalienten las sobras de ayer- dijo Linguini.

-Limpien lo que puedan y no se olviden de alistar la habitación de invitados- hablo Ho -Volveremos a las tres con el chico, tal vez después-.

-Por favor no destruyan el restaurante- se despidió mientras los tres se subían a un taxi.

-No prometo nada- respondió Dada.

Cuando el vehículo se perdió en el horizonte los dos empleados pasaron la puerta de metal que separaba al local del resto de la casa. Pucca abrió discretamente la puerta principal para encontrarse con Abyo, Ching, y por supuesto a Garu, a quien recibió con un gran abrazo y beso en la mejilla. Dada por su parte fue directo a la cocina que normalmente tenía prohibido siquiera acercarse.

Pucca dejó entrar a sus amigos, vigilando que nadie los viera. Se supone que los domingos el restaurante está cerrado... Pero se podían hacer excepciones.

-Esperen aquí en lo que arreglo la mesa- dijo Pucca en señas.

-¿Y Dada?-pregunto Ching extrañada de que fuera Pucca quien les atendiera.

-En la cocina- respondió.

-¿Y eso?, ¿Dónde están los chefs?- pregunto Abyo.

-De camino a Seúl- dijo Dada saliendo de la cocina con varios platos.

Los tres chicos tomaron asiento en una mesa justo al centro, cada uno preparando sus palillos de metal y servilletas emocionados... hasta que vieron sus platos. -¿Recalentado?-dijo Garu algo decepcionado.

-Eso les pasa por venir el domingo- dijo Dada.

-Sigue siendo mejor que nada- dijo Ching empezando a comer.

-¿Y por qué los chefs se fueron a Seúl?- pregunto Abyo.

-Van a recoger al chico nuevo del aeropuerto- respondió Pucca emocionada.

¡¿CHICO NUEVO?!

[...]

-¡¿UN CHICO NUEVO?!, ¡¿en serio?!- preguntó Abyo con esa sutileza tan suya al hablar.

-Solo es el camarero y conserje nuevo, no es para tanto- dijo el rubio.

-¿Cómo se llama?, ¿de dónde es?, ¿va a vivir con ustedes?-decía Ching casi quedándose sin aliento -Y lo más importante, ¿es guapo?-.

-¡Oye!- se quejó Abyo.

-Le dimos el cuarto de invitados- respondió Pucca.

-Es de Inglaterra, como yo...-habló el rubio -se llama David Bamford, y con la suerte que tengo de seguro es lindo-.

Creciendo En Sooga (Pucca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora