CAPITULO 4

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Lentamente y de manera perezosa Charlotte abrio los ojos, los tenues rayos de luz entraban por la puerta entreabierta de la cabaña.

Habia dormido muy bien.

Hacia años desde que sus padres murieron que no era capaz de dormir tan bien como lo había echo ahora, se preguntó a que se debía...y entonces la imagen del temible y despiadado vampiro de ojos rojos y cabello oscuro hicieron que su corazón se detuviera durando una milésima de segundos.

Su cerebro no tardó en hacerle recordar cada pequeño detalle de lo que habia ocurrido.

Se llevó las manos a la cabeza alarmada, la tensión volvió a agitarse en su interior.

Un vampiro sabia donde vivía, ella le había dicho su escondite, su refugio...y quizás podía volver con más de los suyos.

Y su abuela...

Corriendo, a pesar del insoportable dolor de la herida su pierna, se levantó de la cama, se movió con desesperación hacia la cama de la anciana.

Cuando llegó, lo que vio hizo que todo su cuerpo temblara, cayo de rodillas hacia el suelo, tapandose la boca con las manos por el impacto de lo que sus ojos observaban, intento aguantarse las ganas de llorar, se quedó paralizada.

No podía ser cierto.

Ella estaba viva. Sonriendo, se le veía con buena cara, más saludable y con muchas más fuerzas que antes, con una taza llena de agua sobre sus manos, seguia arropada por las mantas.

Charlotte siguió intentando aguantar las terribles ganas de llorar que tenía por la emoción de ver a su abuela viva, era un milagro, no sabia como había conseguido sobrevivir, no entendía nada, pero no le importó...lo único que le importaba de verdad es que ella estaba viva.

Se lanzó hacia ella, como las cientos de veces que lo habia echo cuando era niña, la abrazó con verdadero cariño y aprecio.

-Te quiero demasiado - susurro su abuelita - Siento mucho ser una carga para ti, cielo, pero cada vez estoy mas mayor, soy más débil, más inútil y te doy más trabajo...lo siento. Sin mi estarías mucho mejor.

Charlotte se apartó de su abuela y manteniendo la mirada con ella, la joven levantó sus manos en el aire y formó un corazón con sus dedos, intentando decirle "Que la quería por encima de cualquier trabajo que le causara"

-Ohh al final me harás llorar - murmuró la anciana - Muchas gracias por traerme los medicamentos. Pero no vuelvas a hacerlo, de verdad no se como pudistes sobrevivir, es imposible cuando es de noche, ningún humano lo ha logrado jamás...tu eres la excepción, el milagro.

Aquella última frase hizo que el cuerpo de Charlotte se descolocada por completo.
Se preguntó si la había escuchado bien.

Fruncido el ceño con confusión mientras sus ojos bajaban hacia el suelo, habia una bolsa de tela negra...llena de botellas de cristal, eran medicamentos, había muchos y todos estaban nuevos.

Pero ella no los había traído.

Charlotte sabía que la única persona que conocía el lugar donde se escondían era aquel vampiro.

Se puso en pie, dando vueltas por la sala, pensativa, preocupada, nerviosa.

No podia creer lo que el había echo por su abuela, por ella.

Pero...¿cuál sería el precio a pagar por aquello?

-Voy a dormirme un rato...-murnuro la anciana cerrando los ojos - Si necesitas algo despiértame.

La joven camino hacia la cesta donde almacenaban alimentos, y al ver que estaba vacía comprendió que debía salir a buscar nuevos suministros antes que el sol se escondiera. O si no, está noche no podrían cenar nada.

LA LEYENDA DE UN AMOR SANGRIENTO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora