CAPITULO 12

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Leander le dio una patada a una de aquellas pesadas cajas, la cual chocó fuertemente contra Charlotte que estaba escondida detrás.

Aquello le proboco una pequeña herida en la frente.

La joven estaba tan asustada que sus manos no dejaban de temblar, seguramente si la descubrían espiándolos allí, en aquellas tenebrosas mazmorras, la matarían.

Pero ya la habían notado, no tenia nada que hacer contra aquellos seres inmortales, se levantó entre tambaleos y echó a correr hacia las escaleras para salir.

Su única opción era huir.
Escapar.

Leander al ver cómo la joven humana se levantaba de entre las cajas y echaba a correr, se quedó impactado y sin aliento.

No esperaba encontrarse con alguien así,  con un vestido elegante de color azul, un cabello rubio hermoso y una dulzura cegadora en su rostro.

La mayoría de presonas estaban sucios, con ropas desgastadas y en condiciones asquerosas.

Pero ella no tenía aspecto de pertenecer a aquellos calabozos, de ser una asesina o criminal.

No cuando su piel estaba limpia y reluciente, e iba vestida como una princesa adinerada, con ropa de seda y joyas sobre sus muñecas.

Y fue aquello lo que llamó la atención de Leander. ¿Quien era aquella misteriosa mujer?

No parecía pertenecer a ese lugar.

Ella seguía corriendo, apenas le quedaban pasos para llegar a las escaleras que la llevarían a la superficie...

-¡Eh! ¡Vuelve aquí! - grito Leander mientras comenzaba a correr detrás de ella - ¡Espera!

No tardo en alcanzarla con su velocidad sobrenatural, de un segundo a otro habia pasado de estar en un extremo del pasillo a encontrarse delante de ella, la agarro del cabello y jalo de el con fuerza, para obligarla a detenerse.

-¿Quien eres? - murmuro mirándola fijamente - ¿Una espía del reino enemigo? ¿Estabas aquí buscando información? ¿Cuanto te han pagado, maldita?

En ningún momento le soltó el cabello.

Ella se retorció del dolor, sus enormes ojos azules suplicaban con tristeza y desesperacion que la dejara ir, que no le hiciera daño.

-Responde o te mataré de un movimiento - su voz estaba cargada de seriedad, perdiendo cada vez más la paciencia- ¡No me mires así y habla! ¡¿Por qué no hablas!?

Aquella última palabra llamó la atención de Cesar, quien estaba concentrado en beber del cuello de la anciana, inmediatamente levantó su mirada con el ceño fruncido hacia el fondo del pasillo donde estaba su hermano.

Y cuando sus pupilas rojas oscuras cayeron sobre Charlotte, su músculos se tensaron, su respiración se volvió pesada y algo en su interior estallo de ira.

-¡Sueltala! ¡Mierda Leander! ¡Idiota! ¡Estate quieto!- alzo la voz mientras soltaba a la anciana quien inmediatamente cayo al suelo sin conocimiento.

Habia un inmenso charco de sangre sobre sus pies, también su mandíbula tenía salpicaduras rojas de haber estado bebiendo. Su fria y despiadada mirada se mantenía en su hermoso rostro.

-¿Charlotte? - Leander pronuncio su nombre lentamente, con curiosidad y confusión. Su rostro se descolocó al instante sin dejar de mirarla - ¿Tu eres...?

Cesar salió corriendo hacia su hermano, con el corazón a mil y la furia ardiendo sobre su pecho, arrancó las manos de Leander del pelo de ella y lo empujo con fuerza para que se apartara.

LA LEYENDA DE UN AMOR SANGRIENTO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora